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Para que la vejez sea menos segura (y II)

Joseph E. Stiglitz

Por otra parte, las propuestas de Bush no arreglarán el sistema de seguridad social -a menos que vayan acompañadas de recortes drásticos a las prestaciones-. Bush propone desviar casi una tercera parte de los impuestos de la seguridad social hacia cuentas privadas. Esto significa menos entrada de dinero. Si las prestaciones no se reducen, la brecha entre los ingresos y los gastos aumentará. Por ello, la privatización no protegería a los jubilados de la insolvencia del sistema de seguridad social; solamente aumentaría el enorme déficit fiscal actual porque las privatizaciones parciales requieren que se destine dinero que se habría utilizado para cerrar la brecha entre los gastos y los ingresos gubernamentales hacia fondos privados.

Bush ha tratado de asustar con la magnitud del problema, y ha tratado de engañar al país diciendo que la privatización lo resolvería

El aumento previsto en el déficit fiscal es alarmante: el plan central discutido por el consejo de asesores económicos de Bush incrementaría el déficit fiscal -de acuerdo con las estimaciones del propio consejo- a dos billones de dólares durante la siguiente década. Los que se inclinan por la privatización dicen creer en los mercados, pero están proponiendo artimañas presupuestales para borrar esas pérdidas de los libros.

Los que proponen la privatización insisten en que el mercado de valores daría rendimientos suficientemente altos para otorgar a las personas la misma pensión que antes, y se utilizaría el excedente para cubrir la brecha. Pero si los mercados van bien, entonces las ganancias serán mayores porque el riesgo es mayor.

Con un riesgo mayor hay una posibilidad de que en cuarenta años más muchos individuos tengan menos de lo que necesitan para jubilarse. Pero incluso si uno realmente piensa que las cosas gratis existen, de todas maneras no hay razón para privatizar: el Gobierno puede obtener las ganancias adicionales invirtiendo en el mercado de valores por sí mismo.

Con costos de operación elevados, una mala solvencia del sistema, un aumento del déficit fiscal y menores prestaciones y programas para los pensionados, ¿por qué el impulso por la privatización? Una razón es el interés de los mercados financieros por obtener una parte de esos costos de operación. Otra es la hostilidad ideológica de la Administración de Bush hacia la modesta distribución de la riqueza implícita en el sistema de seguridad público. El programa de seguridad social ha sido tan exitoso reduciendo la pobreza porque los pobres obtienen un poco más de lo que contribuyen, y los ricos obtienen un poco menos. Aun con el suave efecto distributivo del sistema de seguridad social, la pobreza y desigualdad en EE UU continúan aumentando. La privatización sólo empeorará las cosas.

Bush ha tratado de asustar con la magnitud del problema, y ha tratado de engañar al país diciendo que la privatización lo resolvería. El déficit del sistema de seguridad social es poco en comparación con los déficit creados por los enormes recortes de impuestos concedidos a los estadounidenses con altos ingresos o en comparación con el déficit en Medicare, el cual otorga servicios de salud a los ancianos. ¿Por qué Bush ha ignorado estos problemas? ¿Acaso existe otra agenda?

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