Malos tratos en el metro

El pasado día 8 de este mes presencié unos hechos indignantes en la estación del metro del Casco Viejo de Bilbao. Al tomar la salida un tren apareció en el andén un grupo de personas que estaba compuesto por un empleado del metro, dos vigilantes y, entre ellos, un hombre de mediana edad al que conducían entre amenazas verbales hacia las escaleras que conectan con las instalaciones de EuskoTren.

Antes de traspasar la línea de validación, los dos vigilantes empezaron a zarandear y empujar a esta persona, haciendo que éste cayese al suelo. Entre gritos y amenazas el hombre se incorporó, recibiendo entonces un fuerte golpe en la cabeza propinado con la mano por uno de los vigilantes. Al traspasar la línea de validación se empezaron a escuchar gritos y, alarmada, subí la escalera para ver qué es lo que estaba ocurriendo.

Entonces el grupo ya estaba formado por seis personas: dos empleados del metro, tres vigilantes y la persona agredida. Dos de los vigilantes le estaban propinando una paliza al hombre. El tren que esperaba se acercó y ya no pude ver que ocurrió después.

Considero que en casos de este tipo el papel del personal del metro y del servicio de vigilancia debe ser en todo caso avisar a la policía para que se persone en el lugar y actúe según lo legalmente estipulado en base a la infracción o delito cometido por la persona retenida.

Convendría que los responsables del metro reflexionen sobre la escena que presencié en sus instalaciones.