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Rubio acusa a Barberá de propiciar 'pelotazos' en Tabacalera y El Cabanyal

Sara Velert

La gestión de las cuentas municipales y dos proyectos urbanísticos -la antigua Tabacalera y el plan de El Cabanyal- enfrentaron ayer a la oposición con el equipo de gobierno popular en un pleno del Ayuntamiento de Valencia que también reabrió la tensión en torno a la Copa del América a cuenta de la inclusión en los presupuestos del crédito extraordinario de 50,8 millones de euros autorizado para obras a la alcaldesa, Rita Barberá.

El portavoz socialista, Rafael Rubio, acusó a Barberá de facilitar un pelotazo urbanístico en relación con el edificio de Tabacalera. Rubio aprovechó la aprobación de la suspensión de licencias sobre la manzana de Tabacalera hasta que se apruebe una nueva ordenación para recordar que la empresa Altadis propuso un centro comercial en el complejo que fue rechazado por Barberá, y poco después, en 2001, vendió a la firma Ballester el 41% de la propiedad por 7,9 millones de euros. Ambas empresas han mantenido negociaciones con el Ayuntamiento para rehabilitar Tabacalera y cederla como centro administrativo a cambio de construir pisos en un lateral previa demolición de una nave y de recibir el edificio municipal de la plaza de América. Rubio preguntó a Barberá si Ballester "compró con expectativa de edificación", de participar en un "negocio magnífico en el que pueden ganar más de 80 millones sin pegar palo al agua". El portavoz socialista aseguró que Barberá "propicia un pingüe negocio".

El primer teniente de alcalde, Alfonso Grau, negó cualquier tráfico de "información privilegiada" y centró su réplica en defender que las naves que el Ayuntamiento pretende demoler no tienen valor histórico. La concejal de Esquerra Unida (EU), María Victoria González, pidió una comisión especial que dé acceso a la oposición a toda la documentación del planeamiento y recordó que existe un informe previo de la Consejería de Cultura que se opone a parte de las demoliciones.

Rubio reiteró sus críticas a Barberá al pedir un cambio de los estatutos de la sociedad mixta que realizará el plan de El Cabanyal, de modo que el capital privado, que puede aportar hasta el 45% -el resto lo ponen las administraciones local y autonómica- "asuma también riesgos", en vez de tener "garantizados los beneficios por los ciudadanos" , y se dé entrada a pequeños accionistas. Alfonso Grau, de nuevo, rechazó las críticas y acusó a Rubio de querer "confundir a la gente" y "alarmar al Cabanyal", donde aseguró que se mantendrán las viviendas sociales previstas.

El debate en torno a la liquidación del presupuesto de 2004 y la deuda lo protagonizaron el edil socialista Juan Ferrer -dijo que el PP "echa gasolina a la suspensión de pagos"-, y al responsable de Hacienda, Silvestre Senent, quien aseguró que "se cumple la ley". Los socialistas apoyaron el expediente por el que se lleva al presupuesto el crédito extraordinario de 50,8 millones de euros de la Copa del América, pero Ferrer criticó que apenas hay proyectos que no estuvieran ya consignados y exigió que no se suban los impuestos para afrontar la deuda.

Barberá intervino para insistir en que las actuaciones son "nuevas" y lamentó "el tiempo perdido en la polémica" sobre este endeudamiento. El comentario hizo saltar a Rubio, quien achacó las polémicas a Barberá y la acusó de mentir, mientras la alcaldesa le ordenaba repetidamente callar porque no tenía la palabra.

A propuesta de EU y ante la posibilidad de que se celebre un combate de vale-tudo en un gimnasio de Valencia, el pleno aprobó por unanimidad rechazar esta actividad "por su extrema violencia" y usar las leyes y ordenanzas para prohibir o impedir su práctica.

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Sobre la firma

Sara Velert
Redactora de Internacional. Trabaja en EL PAÍS desde 1993, donde ha pasado también por la sección de Última Hora y ha cubierto en Valencia la información municipal, de medio ambiente y tribunales. Es licenciada en Geografía e Historia y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, de cuya escuela ha sido profesora de redacción.

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