La insurgencia iraquí mata a 15 policías en un cuartel de Tikrit
Un hombre vestido de oficial de policía empotró ayer un coche bomba en el principal cuartel de policía de Tikrit, el lugar natal de Sadam Husein, a 150 kilómetros al norte de Bagdad. Quince agentes perdieron la vida y otros 22 resultaron heridos. Otros cuatro policía murieron en diversos ataques de la insurgencia; el principal en Iskandariyah, a 50 kilómetros al sur de la capital.
El ataque de Tikrit se produjo en medio del relevo de turnos a primera hora de la mañana. "[El suicida] esperó hasta el cambio de agentes para hacer el mayor daño posible", dijo el coronel Saad Daham, que asegura que el atacante pudo introducirse en el cuartel disfrazado de teniente de policía y culpó a los guardas de la puerta de no adoptar las medidas de seguridad necesarias.
Estos atentados, dirigidos contra objetivos de la policía iraquí, cuerpo formado por EE UU tras la caída del dictador Husein, se producen en medio de unas complejas negociaciones para formar el nuevo Gobierno. Los kurdos, que controlan 75 escaños de los 275 del nuevo Parlamento, rechazan que la sharía (ley islámica) pueda ser la pieza fundamental que inspire la nueva Constitución. El primer ministro de su Gobierno autónomo, Nechirvan Barzani, añadió ayer otra condición a sus posibles socios (los islamistas chiíes): que la disputada ciudad de Kirkuk, muy rica en petróleo, quede bajo control kurdo. El candidato de la lista chií, Ibrahim al Jafari, se enfrenta además con otros dos problemas: la candidatura del todavía primer ministro, Ayad Alaui, para seguir en el cargo y la negativa de Ahmed Chalabi a aceptar a Jafari. Chalabi fue antes de la guerra y en los meses posteriores el favorito de Estados Unidos antes de caer en desgracia.
