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Reportaje:

El drama en la selva colombiana

Se cumplen tres años del secuestro de Ingrid Betancourt por las FARC

Con una misa, en la catedral primada de Bogotá, se conmemoraron ayer los tres años que lleva secuestrada la ex candidata a la presidencia de Colombia Ingrid Betancourt y su amiga y asesora Clara Rojas. Fue una misa llena de lágrimas en la que estuvieron también familiares de los militares y políticos que están entre los 59 secuestrados con los que las FARC, la guerrilla más activa del país, pretenden lograr la libertad de 500 de sus hombres que pagan condenas en cárceles de todo el país.

No sólo en Colombia se recordó a Ingrid y a su amiga que, por lealtad, decidió no dejarla sola cuando los guerrilleros se la llevaron al monte. Ingrid es ciudadana francesa y ese país ha hecho todo lo posible para que, la que llaman la Juana de Arco colombiana, vuelva a ser libre.

Ingrid Betancourt es ciudadana francesa, y ese país ha hecho todo lo posible para que vuelva a ser libre

Los últimos intentos -autorizados por el presidente Jaques Chirac-, los hicieron el año pasado. La prensa francesa y colombiana los revelaron en vísperas de este nuevo aniversario y generaron malestar entre los dos países. Según el diario El Tiempo, Rodrigo Granda (canciller de las FARC detenido de manera irregular en Caracas el pasado 14 de diciembre) era el enlace del Gobierno de Francia con los secuestradores y un puente para lograr la libertad de la política de 43 años. La versión periodística asegura que se había alcanzado a estudiar una fórmula: intercambiar presos enfermos de las FARC por cuatro de sus mujeres rehenes.

La familia de Betancourt ha acusado muchas veces al presidente Álvaro Uribe de no tener "voluntad" para sacar adelante un acuerdo humanitario que permita el canje de secuestrados por prisioneros. Ahora asegura que el Gobierno ha entorpecido estas gestiones de libertad. Una de sus hermanas, Yolanda Pulecio, dijo a la prensa francesa que Uribe "siempre ha maniobrado muy hábilmente para sabotear todos nuestros intentos de tomar contacto con las FARC". Para ellos la detención de Granda se hizo adrede.

El comisionado de paz Luis Carlos Restrepo negó las versiones sobre las gestiones de Granda. "Eso es falso, no tiene ningún fundamento. Nunca el señor Granda fue contacto para la liberación de Ingrid, ni de ningún secuestrado". Granda está acusado de estar implicado en el secuestro y asesinato de la hija del ex presidente Rául Cubas.

Las familias de los secuestrados viven un calvario. De Ingrid sólo se han recibido dos pruebas de que está viva. Una de ellas es un vídeo en el que se la ve demacrada, vestida con chaqueta militar y con un rosario atado a la mano izquierda. Hace ocho meses que no se ha vuelto a saber nada de ella ni de su amiga Clara. Lo mismo ocurre con militares y policías canjeables, algunos de los cuales llevan más de siete años en la selva. Todos los martes, en la plaza de Bolívar, frente a la catedral, las familias realizan su sorda protesta. Nadie parece escucharlos; nadie parece conocer la fórmula que desempantane el dilema que los mantiene en la selva.

El Gobierno, que ha flexibilizado sus posiciones, mantiene su última oferta: si la guerrilla libera a un grupo de sus rehenes, de inmediato se reúne con ellos en cualquier iglesia para perfeccionar el acuerdo y liberar a guerrilleros. La guerrilla también mantiene su última propuesta: el despeje de dos municipios al noroeste del país y la entrega de sus 500 hombres en prisión.

Los indígenas de las dos poblaciones pedidas por la guerrilla dijeron ayer que estarían dispuestos a prestar su territorio para que recupere su libertad Ingrid y sus compañeros de cautiverio. Pero el presidente Uribe repitió ayer que no está dispuesto a desmilitarizar ningún sitio del país. El tira y afloja que lleva años, sigue manteniendo a 56 colombianos en la selva.

Un retrato de Betancourt en el Ayuntamiento de París recordaba la semana pasada los tres años de cautiverio.
Un retrato de Betancourt en el Ayuntamiento de París recordaba la semana pasada los tres años de cautiverio.EFE

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