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Zholdak monta un 'Hamlet' onírico sostenido por la fuerza de sus actores

El director ucranio presenta hoy su montaje en el teatro Español

Acaba de emerger en el mercado internacional de genios escénicos. El ucranio Andréi Zholdak, de 42 años, presenta desde hoy y hasta el domingo, en el teatro Español de Madrid, su Hamlet. Dreams, un espectáculo onírico basado en sus sueños y en la obra shakespeariana y puesto en pie en el teatro Shevchenko de Kharkov. El creador del teatro duro afirmó ayer que el 95% de los actores, incluidos los españoles, son malos.

Los 37 actores con los que trabaja Zholdak desarrollan una frenética actividad en el escenario, pero no verbalizan la obra, ya que tan sólo hay unos pequeños fragmentos con voz en off, que para la representación de Madrid se han traducido: "Mi Hamlet surgió de mis propios sueños, es un montaje festivo, optimista, colorista, sabroso..., casi podría haberse hecho en España, pero también tiene un punto comercial que no me gusta", dice.

Zholdak es discípulo del gran Anatoli Vassiliev, de quien recibió su magisterio hasta 1989. Hace un teatro visual, lleno de imágenes poéticas o grotescas, donde el peso del espectáculo recae sobre el trabajo de los actores, aunque no renuncia a una escenificación tecnicista. Licenciado por el Instituto de Cinematografía y Teatro Estatal de Moscú, Zholdak llegó al teatro de Kharkov, la segunda ciudad en importancia después de Kiev, de manera insólita. Cuando ya empezaba a triunfar por Europa, dijo en una entrevista en la televisión ucrania que estaría dispuesto a dirigir un teatro público "en provincias". Horas después, el ministro de Cultura ucranio le ofreció el de Kharkov. Llegó, se reunió con los 200 actores de la plantilla, les puso en pie a dar saltos. Al cabo de un rato, pidió a todos que se fueran, menos a 37, con los que hoy sigue trabajando. Con ellos ha realizado cuatro espectáculos "y medio". Por ese medio (45 minutos de montaje), el pasado año la Unesco le concedió el Premio de las Artes Escénicas 2004.

"Mi formación viene de la cultura oriental, soy discípulo de Vassiliev y mi bagaje me dice que el teatro es un conjunto de artes, que un director sólo vuelca su mundo individual sobre una obra; en realidad, todos mis montajes son mis alucinaciones y responden a mi teoría de que en el teatro se producen dos existencias paralelas y el público acude para recibir una de ellas descodificada", dice el director.

Zholdak se ha ganado a pulso la fama de creador del teatro duro. Trabaja con los actores en jornadas de 12 horas con mínimos descansos y sin comer, y parece ser que a gritos. Un ritmo brutal, sobre todo los primeros 20 días: "Mi teatro se basa en el pressing sobre el actor, tengo que matar al mal actor, agotarlo, y luego reprogramarlo; considero que el 95% de los actores en el mundo, y en España, son malos. Sólo el 5% son artistas universales", y añade: "Me veo obligado a cambiarlos en un tiempo breve, descodificarlos, con lo cual surgen conflictos que deben resolver los productores; el actor debe ser muy preciso y esa precisión es la que denomino energía nuclear", dice el director, quien viajará después de Madrid a ofrecer sus montajes en París y Tokio, además de instalarse un tiempo en la prestigiada Volksbünhe de Berlín para hacer dos espectáculos.

Una escena de <i>Hamlet. Dreams.</i>
Una escena de Hamlet. Dreams.

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