Ocho operarios trabajaron en el sistema eléctrico del Windsor sólo 10 horas antes del incendio
La policía interrogó a la propiedad del edificio y a los responsables de mantenimiento, además de a la única persona que trabajaba en una de las plantas cuando se desató el incendio.
- Responsable de mantenimiento por las mañanas. Uno de los responsables de mantenimiento del Windsor, José Luis J., declaró a la policía que no suele trabajar los sábados y los domingos, salvo "imprevistos urgentes". Sin embargo, el día del incendio, sábado, acudió al inmueble para hacer unos "cortes eléctricos en los cuadros de baja tensión" para poder "cambiar la acometida del grupo electrógeno ubicado en el torréon", en la planta 28, donde están los sistemas de climatización. José Luis J. explica que aunque las acometidas eléctricas seguían funcionando, habían recibido órdenes de cambiarlas. Los cortes eléctricos se realizaron desde las 11.00 a las 13.00. El grupo electrógeno al que aludió José Luis J. es el que suministra energía, en caso de corte de la compañía eléctrica, a todo el edificio. Las plantas de la torre, según este responsable de mantenimiento, no tendrían que verse afectadas por ese corte, ya que cada empresa allí ubicada tiene contratado su propio contador de luz. Siete personas de la empresa Crespo y Blasco acompañaron a José Luis J. cuando realizó los cortes. Crespo y Blasco es la empresa que está haciendo la reforma eléctrica del rascacielos y que efectuó los cortes, que consistían en bajar un automático. Finalizaron a las 13.00 sin ningún problema ya que el grupo electrógeno funcionaba perfectamente, según declaró José Luis J. a la policía.
El propietario del edificio asegura que ni él ni sus hijos habían recibido amenazas de nadie antes del fuego
El sistema de extinción de incendios del rascacielos era manual, con seis o siete extintores de polvo y de CO2 por planta
Una de las empresas encargadas de la reforma de la torre cambió las acometidas del grupo electrógeno el día del siniestro
El encargado de mantenimiento se marchó del trabajo sobre las 14.00 si bien los empleados de la empresa Crespo se quedaron. José Luis J. declaró que ignora por qué se quedaron ni hasta cuándo.
Este trabajador explicó a la policía que la planta donde se desató el incendio esta ocupada por Deloitte, cuyos empleados "no tienen horario fijo" y que "es frecuente verlos trabajar los fines de semana a cualquier hora del día o de la noche, incluso de madrugada". José Luis J. recuerda que antes hubo otros incendios de escasa entidad en el Windsor, en los rellanos de las plantas porque "los trabajadores tiraban las colillas de los cigarrillos en las papeleras".
- Propietario. Florentino Reyzábal. Tiene alquilado el edificio a siete empresas. Sólo una, Deloitte, ocupa 20 plantas. Aclara que el mantenimiento del edificio es responsabilidad de la empresa propietaria del mismo y que el rascacielos está asegurado con Allianz para responsabilidad civil y para lucro cesante. Reyzábal afirma que no ha tenido problemas con las empresas que han alquilado el edificio o que se ocupan de su mantenimiento y que estaba acometiendo obras de reforma, que estaban al 80% terminadas, para adaptarse a la normativa vigente porque el Ayuntamiento así se lo "recomendó" hace dos años. Reyzábal asegura que no ha recibido amenazas de nadie.
- Empleado de mantenimiento. Rafael D. es el empleado de Mantenimiento del edificio. Cada día, pasa revista a las cuatro salas de máquinas (en el quinto sótano, entre las plantas 3 y 4, entre las plantas 16 y 17, y en la azotea). A las 23.15 estaba en el cuarto de herramientas cuando le llamó el vigilante Yago por el radiotransmisor diciéndole que había una alarma de fuego en la planta 21.
Subió a esa planta y comprobó cómo de una de las puertas de un despacho salía humo negro. Intentó tirar la puerta a patadas, pero no pudo. Entonces llegó el vigilante Yago con la llave maestra y abrió la puerta "pero sólo una cuarta", ya que había algo que impedía su apertura. El jefe de mantenimiento roció con un extintor el interior del despacho, del que salía "mucho humo negro", hasta que no pudo permanecer más tiempo en el lugar. Desplegó después la manguera de agua a presión y entonces le comunican que acaban de llegar los bomberos y fue a esperarles a la sala de ascensores, de los que salieron "tres bomberos a gatas con máscara de oxígeno".
- Jefe de mantenimiento. Ángel G. no estaba en el edificio cuando se desató el incendio. Es el jefe de mantenimiento del Windsor desde hace tres años. Explicó a la policía que el sistema de seguridad de detección de incendios del Windsor consistía en aparatos de detección termovelocimétrica (detectores de calor que no se activan hasta detectar una temperatura de entre 52 y 58 grados). También tenía el edificio detectores de humo, dos en el hall de cada planta y uno en la escalera interior de cada planta.
Respecto al servicio de extinción, el jefe de mantenimiento mantiene que era manual, a base de extintores, de polvo y de CO2 (seis o siete por cada planta) y en el vestíbulo de independencia de la escalera interior y de bocas de incendio equipadas de 45 milímetros, una en la zona norte y otra en la zona de la entrada sur y dotación de columna seca en la escalera interior. Fue avisado del incendio, y cuando llegó, oyó que los bomberos tenían problemas con la columna seca (tubería que va por el interior de las escaleras por donde los bomberos pueden meter agua o espuma) porque faltaba presión.
Una traductora fue la última empleada en abandonar la torre
Rosemary Caroline A. trabajaba como traductora en la empresa P. M. S. que presta servicios a Deloitte. Entró a trabajar en la novena planta entre las seis y las siete de la tarde.
A las ocho, abandonó el inmueble para hacer unas compras en El Corte Inglés, situado al lado del rascacielos. Regresó al poco tiempo a su puesto de trabajo. En su declaración a la policía, explicó que oyó por megafonía sobre las 23.20 un aviso de desalojo. Bajó a la planta cero, donde la vigilante de seguridad Beatriz le contó que se estaba produciendo un pequeño incendio en una de las plantas del edificio. Rosemary recuerda que escuchó hasta cuatro avisos de megafonía, aunque los dos primeros iban dirigidos a alguien en concreto no recordando el mensaje. Salió por la puerta principal de Raimundo Fernández Villaverde. Una vez en su domicilio, sobre las 00.30 comprobó por la televisión la gravedad del incendio.
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