Ironía del destino

El hielo se ha entrometido en la vida del Athletic. La pasada semana le impidió disputar el partido del Prater ante el Austria de Viena y ayer le gastó otra jugarreta, esta vez en Bilbao. La capital vizcaína amaneció helada, con las carreteras convertidas en pistas deslizantes, y ello causó quebraderos de cabeza a la expedición, que debía partir a las diez de la mañana desde su aeropuerto. Los jugadores habían quedado en Lezama a las 8.45 y llegaron a duras penas. El vuelo anunciaba retraso por las condiciones meteorológicas, pero, a punto para el teórico embarque, ningún rojiblanco estaba en la terminal. El primero en aparecer fue Iraola, que decidió ir directamente para allá. El goteo fue luego incesante, pero... Del Horno estaba atrapado en un atasco en la A-8, la autovía que une Vizcaya con Cantabria. El hielo y un accidente múltiple, con un muerto, habían obligado a cortarla. Además del defensa, estaban retenidos el encargado del material, José Antonio Narváez; un periodista y algunos aficionados. El Athletic decidió esperar a los que faltaban y previó reservar pasaje a Del Horno en el vuelo regular que enlaza Bilbao con Viena vía París. Afortunadamente, una hora después, Del Horno, Narváez y los dos aficionados entraban al avión mientras el reportero se quedaba en tierra.

El partido prologaba la maldición. Bilbao patinaba y en Viena lucía el sol. El Austria puso la maquinaria a trabajar y el Prater mostraba ayer una cara muy distinta a la de la semana pasada: un campo sin nieve ni hielo, aguado lógicamente y muy pesado, pero practicable. Sin embargo, el incidente de la suspensión había generado un malestar notable entre ambos clubes. El Austria colgó en su página web, el martes, un comentario presuntamente irónico, pero hiriente, para el Athletic recordando las malas condiciones climatológicas en Bilbao y que San Mamés tampoco tiene calefacción y calificando de espía al secretario general del club, que se desplazó el lunes a Viena. El Athletic respondió a las chanzas austriacas llenando su propia web de fotos de San Mamés en perfecto estado y repudiando la calificación de espía de José Ignacio Añibarro. Mientras tanto, Anton Polster, el mánager del Austria, prefería apelar al sentido del humor al advertir de que, si hoy no se puede jugar, la UEFA debería decidir que ambos equipos pasaran directamente a los octavos de final.

Entre bromas y chanzas, las relaciones de ambos clubes se han enfriado y en el Athletic aumentan las sospechas de que el Austria no hizo deliberadamente los deberes la pasada semana y sí los ha hecho en la presente para la disputa del partido. En Viena puede nevar copiosamente hoy, según los partes meteorológicos pero no parece que eso ponga en peligro el choque. Lo que ocurrirá es que el césped estará más embarrado y más pesado. Eso le ha hecho a Ernesto Valverde cambiar de planes y prever un partido directo "al pelotazo", lo que, inevitablemente, obliga a contar con jugadores distintos. Jugadores como Urzaiz o Llorente parecen, uno u otro, imprescindibles.

"¿Queréis conferencia de prensa del Austria?", preguntaba en el estadio el jefe de prensa del club vienés a los periodistas españoles. "Sí", se le respondió. "De acuerdo, pero no hay nada nuevo que contar". Algo sí: que el hielo había desaparecido misteriosamente del Prater y había aparecido en Bilbao. O que las plazas hoteleras de Viena, una semana antes invadidas por los 5.000 aficionados bilbainos, ahora reducidos a unos pocos centenares, estaban ocupadas ahora por los seguidores de la cumbre entre Bush y Putin en Bratislava, a 45 minutos de Viena, obligando al Athletic a cambiar de alojamiento. Algo, pues, sí ha cambiado. Por ejemplo, que el partido, por fin, se juega.