El gobierno de Barberá dejó de invertir 55,9 millones en 2004 y ve "normal" estar al límite de la deuda

La situación económica del Ayuntamiento de Valencia "es la normal", con un endeudamiento del 109,4% -a seis décimas del máximo permitido sin autorización del Gobierno- y unas cuentas que cumplen "estrictamente" la Ley de Haciendas Locales, aseveró ayer el concejal de Hacienda, Silvestre Senent. El responsable del presupuesto municipal compareció para responder a la denuncia socialista de que han desaparecido de las cuentas 55,9 millones de euros de créditos contratados en 2002 y 2004 para poder cuadrar una deuda inferior al límite del 110%, mientras que ya se han aprobado otros 53,3 millones de préstamos para este ejercicio y 50,8 con autorización extraordinaria del Gobierno de cara a la Copa del América.

Los socialistas "mienten de manera malévola" e "intentan engañar a los valencianos", replicó Senent como colofón a una explicación técnica sobre la contabilidad de la deuda y el cierre de los ejercicios presupuestarios. Según el concejal de Hacienda, "en absoluto se han escondido o eliminado" los créditos por 55,9 millones. Se contrataron a diversas entidades, "pero no están dispuestos", es decir, no se llegaron a gastar. Al no hacerlos efectivos, no se amortizan en el ejercicio de 2004, "como dice la ley", con lo que la deuda final se sitúa en el 109,4% y el Ayuntamiento no necesita "permiso de los señores Solbes [vicepresidente segundo del Gobierno] o Sevilla [ministro de Administraciones Públicas]" para comprometerse con nuevos créditos, dijo Senent. Para cada presupuesto, explicaron el concejal y un técnico de Hacienda, se contratan créditos para afrontar la inversiones previstas y se dispone de ellos en función de la ejecución de obras y demás gastos. Al final no se han utilizado 55,9 millones, que "a lo mejor" aún se gastarán en parte en certificaciones de obra atrasadas, y computarán como deuda a amortizar en las cuentas de 2005.

Senent dijo no saber qué obras no se ejecutaron en 2004. Para el concejal socialista Juan Ferrer, los casi 56 millones "distraídos" iban destinados "a inversiones en los barrios" y no se han gastado "con la sola intención de ocultar la deuda real" -que sitúa en el 117, 46%-, lo que roza el "fraude de ley". Los socialistas insistieron en la "incongruencia" de pedir nuevos créditos sin emplear los antiguos y criticar al Gobierno por el límite impuesto para el endeudamiento de la Copa del América.