Alarma por la lesión de Salgado
El defensa tiene afectado un ligamento de la rodilla derecha, según la primera impresión médica
Era el minuto 9. Nedved asestó una patada a Salgado que podría dejarle fuera de competición por lo que resta de temporada. El lateral madridista no había saltado al campo con todas las de la ley: se recuperaba de un golpe en el muslo derecho, sufrido durante el partido con el Athletic. La patada de Nedved le cogió mal apoyado y, al poco de andar por el campo, pidió el cambio al banquillo. Se tocaba la rodilla derecha. Cojeaba. Le dijo algo a Helguera y el cántabro se agarró la cabeza con rabia. Probablemente, le había dicho que tenía rota la rodilla. Poco después, los médicos del Madrid le examinaron. Detectaron que tiene el ligamento lateral interno afectado. Si está roto, Míchel se perderá el curso.
La historia del partido de ayer pasó por una banda: la derecha del Madrid, izquierda de la Juve. Si la velada resultó distinta por la ausencia de Salgado, mucho más cambió cuando el Juventus se quedó sin Nedved. Porque el hombre que lesionó a Salgado también tenía los minutos contados. En el 37, Nedved saltó por un balón de espaldas a la portería y Bravo se le adelantó embistiéndolo en el aire. El checo cayó fundido. Quedó tendido en el césped, inmóvil, durante casi un minuto. El juego siguió hasta el área de Casillas y el portero lanzó el balón fuera.
Fabio Capello lo vio todo muy alarmado desde el banquillo: "Nedved estaba desvanecido y nadie se ha dado cuenta. Me ha molestado mucho. Afortunadamente, tenía la cara hacia abajo. Si hubiera tenido la cara hacia arriba, habría tenido problemas". El técnico argumentó su preocupación ante la posibilidad de que el jugador se tragara su propia lengua y resultase asfixiado. "Ahora mismo", continuó Capello, " se está recuperando y tiene hielo en la cabeza. Me ha sorprendido mucho el infortunio. Y ha sido lamentable. Hasta que ha estado en el campo daba la sensación de que cada vez que la Juve subía al ataque llevaba mucho peligro".
Sin el centrocampista checo, balón de oro en 2003, el equipo italiano cayó en una depresión. Este hecho salvó a Bravo del compromiso que suponía frenar a un volante experto y alivió a Vanderlei Luxemburgo. "Nedved", dijo el técnico brasileño, "es un grande. Cuando tuvo que retirarse, para nosotros se puso mejor. Pero ellos también ganaron con la salida de Salgado porque Bravo no es un lateral derecho".
Así es el Madrid. Un club grandioso que está a las puertas de afrontar el segmento más empinado de la temporada sin tener cubierto el puesto más fácil de cubrir en el fútbol: el lateral derecho. Si la lesión de Salgado resulta ser tan grave como se temen los médicos, al Madrid le quedará algo más que un partido difícil el próximo sábado, en A Coruña, ante el Depor. El lateral gallego no tiene sustituto y es fundamental. Importantísimo, porque nunca se ha lesionado de gravedad y porque, literalmente, no hay otro que le cubra. En toda la cantera del Madrid, en los últimos años, no ha salido un solo lateral derecho en quien confíen los técnicos del primer equipo. Y, a sus 28 años, Salgado no es un juvenil.
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