Un consejo autónomo de nueve miembros

La concesión en Francia de emisoras de radio y televisión, públicas o privadas, depende del CSA (Consejo Superior Audiovisual). Los nueve miembros del Consejo son nombrados por los presidentes de la República, Asamblea Nacional y Senado, tres cada uno. Su mandato oscila entre los seis y nueve años, es decir, son más largos que los cargos políticos. La autonomía del CSA hace que nadie haya solicitado el cese o dimisión de los directores. El Consejo elige, entre candidatos presentados a título individual, a los directores de la radio y la televisión públicas; otorga o retira las frecuencias a las privadas; y tiene poder sancionador.

Los canales privados tienen techos de espacio publicitario muy estrictos. En los públicos no se puede cortar las ficciones. Hasta este año, la televisión y la radio públicas se nutrían de un canon que pagaban quienes poseían un televisor y cotizaban el IRPF. Ahora el canon está incorporado al IRPF y sólo quedan exentos quienes demuestren no tener televisor y aquellos a los que la declaración de la renta les sale negativa. Algunos canales públicos alimentan entre el 35% y el 45% de su presupuesto a través de la publicidad. No es el caso de ARTE o TV5, que viven íntegramente de la subvención estatal.

Las televisiones han de invertir entre el 5% y el 12% de su volumen de negocios en producción francesa y han de respetar cuotas de ficción europea.