El Gobierno cierra la legislatura con un fracaso en la ley de Suelo de Madrazo

Un minuto antes de que comenzará ayer la votación decisiva para aprobar o rechazar el proyecto de ley de Suelo dos escaños de Sozialista Abertzaleak (SA) estaban vacíos. Con esa ausencia, el tripartito lograría romper la igualdad con la oposición y sacar la ley adelante. Era el último pleno de la legislatura y en él estaba en juego el proyecto estrella del Gobierno. Pero en el último instante y cuando los rumores se habían desatado en la Cámara, aparecieron Joseba Permach y Joseba Álvarez. Su presencia certificó la derrota del Gobierno. Los partidos de la oposición, PP, PSE y SA unieron sus 37 votos y lograron tumbar el proyecto. En realidad, la oposición empató con el tripartito y Unidad Alavesa a 37, pero dado que era el tercer empate consecutivo (tras los dos registrados el pasado jueves), el proyecto ha decaído conforme establece el reglamento del Parlamento vasco.

La Cámara cierra así la séptima legislatura con una dolorosa derrota para el Gobierno y, especialmente, para el consejero de Vivienda, Javier Madrazo, para quien el proyecto se había convertido en su principal activo político. Al margen del plan Ibarretxe, que ha mediatizado toda la actividad parlamentaria, el proyecto de ley de suelo era la iniciativa social de mayor calado que planteaba el Ejecutivo para sus cuatro años de mandato. Su final, en una votación con empate, ha sido el reflejo de su rocambolesca tramitación, cuyo acelerón final ha impedido el debate en ponencia de 150 de los 250 artículos que componen el texto.

Tras los dos empates cosechados en el pleno del jueves, la posibilidad de que la ley fuera aprobada pasaba por la ausencia de parlamentarios de la oposición o porque Sozialista Abertzaleak cambiara sobre la marcha su postura inicial de rechazo. El propio Permach trató de rentabilizar hasta el último momento la indefinición con una llamada a la negociación durante el fin de semana. El apoyo de SA pasaba por la aprobación de tres enmiendas, aunque el pleno de ayer sólo servía para votar. El debate ya había quedado cerrado tanto en ponencia (hace más de una semana), como en pleno (el pasado jueves).

Euskadi seguirá siendo la única comunidad española sin ley de Suelo, a pesar de que todos los partidos coinciden en la necesidad de contar con una norma de este tipo para luchar contra los elevados precios de los pisos. Por eso, los partidos aseguraron ayer, en medio de la resaca del rechazo, que la ley es uno de los retos prioritarios para la próxima legislatura.

El consejero Javier Madrazo no pudo disimular ayer su contrariedad tras la votación. Minutos después de finalizar el pleno se explayó contra el PSE y Batasuna, a los que acusó de aliarse con el "PP y los especuladores" para echar abajo el proyecto. Según Madrazo, el PSE ha sucumbido a los celos políticos y a los intereses electoralistas, "golpeando duramente" a los jóvenes vascos que necesitan vivienda y que la ley rechazada hubiera ayudado a proporcionársela. El consejero calculó que con la puesta en marcha de la ley, la construcción de viviendas de protección oficial hubiera pasado de 5.000 a 10.000 pisos anuales.

Madrazo anunció su intención de volver a remitir el proyecto en la próxima legislatura tal y como fue votado ayer, dando por hecho así que la coalición PNV y EA va a ganar las próximas elecciones y que va a contar con Ezker Batua para formar Gobierno y para ocupar la cartera de Vivienda.

La portavoz del Gobierno, Miren Azkarate, abundó en los argumentos ofrecidos por el consejero y cargó contra la oposición en su conjunto. "La legislatura termina como comenzó: con la unión de constitucionalistas e independentistas, de ilegalizados e ilegalizadores", comentó. Azkarate ironizó con "la cara de alivio" que mostraron "los parlamentarios del PP y del PSE" cuando vieron aparecer a Permach y Álvarez en el último momento. "Por lo visto hoy (por ayer) los votos de Batasuna no tenían nada de malo para PP y PSE y eran tan democráticos como cualquiera".

Los socialistas, por su parte, insistieron en que el proyecto tiene importantes lagunas que intentaron subsanar con enmiendas para aumentar el porcentaje de vivienda protegida, defender la autonomía municipal y agilizar la tramitación de los planes urbanísticos. El PSE había sido durante toda la tramitación del texto el aliado más factible, pero el precipitado final de los trabajos en ponencia y el rechazo del tripartito a sus enmiendas dio al traste con el posible acuerdo. Jesús Loza, el parlamentario del PSE que ha llevado el peso de la negociación, respondió a Azkarate que

es un insulto acusar al PSE de pactar con Batasuna "cuando nos tiran cócteles y nos queman nuestras sedes". "Vivienda no ha tenido nunca una voluntad real de llegar a un acuerdo", se quejó.

Leopoldo Barreda, del Partido Popular, se alegró de que la ley no haya salido debido a que "iba a provocar un crecimiento del precio del suelo y, por lo tanto, un incremento del precio de los pisos".