Un mes sin respuestas ni dimisiones
El consejero de Obras Públicas anunciará el jueves ceses y revisiones de contratos por los derrumbes del metro de Barcelona
El hundimiento, el 27 de enero, del túnel de maniobras que se estaba construyendo en la línea 5 del metro de Barcelona ha dejado un sinfín de interrogantes entre la población. El consejero de Obras Públicas, Joaquim Nadal, acudirá el jueves al Parlamento de Cataluña para dar explicaciones y anunciará, según ha dicho él mismo, dimisiones y revisiones de contratos, quizá incluso rescisiones. Ha pasado un mes desde la catástrofe que forzó el desalojo de 1.057 vecinos y el único dato positivo es la ausencia de heridos o fallecidos. Las dudas siguen vivas y aún no han aparecido los responsables. Ni explicaciones ni dimisiones.
- Proyecto ajustado. Una comisión de técnicos creada por el Gobierno catalán ha señalado que el proyecto de la obra era muy ajustado en su presupuesto. Fue encargado a una empresa exterior, pero revisado y aprobado por la empresa pública GISA, que tiene técnicos propios. Los vecinos quieren saber quién lo aprobó y si fue convenientemente revisado.
- Modificaciones en el proyecto. El proyecto inicial se aprobó en junio de 2002 y las obras empezaron en noviembre. Se pararon un mes más tarde para introducir cambios: en parte del trazado y en el túnel de maniobras que debía ir junto a la estación de Horta (al final de la línea). Se decide que sea construido junto a la de Carmel, donde se ha producido el hundimiento. La Generalitat tendrá que aclarar si se hicieron los estudios necesarios para aprobar el cambio de proyecto.
- Cambios en el presupuesto. El cambio de trazado y de ubicación de la cola de maniobras se hizo sin documentación pública durante el último año del Gobierno de CiU. El actual Ejecutivo, integrado por el PSC, ERC e ICV, legaliza la situación en febrero de 2004 y adjudica los cambios sin aumentar el presupuesto. No obstante, el pasado mes de agosto se había detectado ya un desvío al alza del 20% y en el presupuesto de GISA para 2005 se preveía un segundo aumento del 17,9%. Todo ello para refuerzos en las obras y antes de que se hubiera producido el hundimiento. Los vecinos alegan que tanto aumento era de por sí una señal de que las debilidades eran notorias y que hubieran aconsejado una revisión.
- Quejas desatendidas. Los vecinos se quejaron de problemas (grietas, movimientos) desde el inicio de las obras. Apenas se les hizo caso. La mayor parte de las quejas coincidieron en el tiempo con chimeneas (hundimientos) y movimientos percibidos por las empresas constructoras.
- Cruce de acusaciones. Las obras fueron concedidas a una UTE (unión temporal de empresas) formada por Fomento de Construcciones y Contratas, Copisa y Comsa. La dirección de obras fue otorgada (por concurso) a la UTE formada por Geocontrol y Tec 4. Ambos grupos han mantenido oficialmente silencio sobre los detalles de la obra, aunque en la práctica han hecho llegar a los medios acusaciones respecto a la otra parte. Nadal ha comunicado a las dos UTE que prevé la posibilidad de rescindir los contratos. Aún no ha explicado por qué.
- Método Austriaco. El sistema de construcción utilizado en el túnel del Carmel es el denominado Nuevo Método Austriaco. Se excava la galería en la parte superior y se refuerza la bóveda, calculando la resistencia de los materiales naturales. Este método está prohibido en Madrid. En Cataluña, tras el hundimiento del Carmel, el Gobierno catalán decidió abandonarlo e imponer los refuerzos incluso cuando los cálculos de resistencia del terreno no lo hacen necesario. Los vecinos preguntan a la Generalitat: si los refuerzos eran necesarios, ¿por qué no se ponían de modo sistemático? Si no son necesarios, ¿por qué se ponen?
- Ahorro. Desde varias partes (dirección de obra y trabajadores) se ha señalado que la constructora ahorraba hormigón. No obstante, diversas fuentes señalan que la cantidad establecida en el proyecto (20 centímetros en la bóveda) se estaba cumpliendo y que el problema es que se hubieran necesitado 40 centímetros. Estas fuentes coinciden con Nadal, que reconoció en el Parlamento catalán que el fiasco era evitable y que hubo exceso de confianza en el proceso de construcción. No señaló a los responsables de esas decisiones poco meditadas.
- Predominio financiero. El consejero Nadal atribuyó parte del desastre al predominio de los aspectos financieros sobre los técnicos y anunció que pondría fin a este criterio. Los vecinos exigen que se llegue hasta el final y se averigüe si se dio realmente prevalencia al ahorro sobre la seguridad.
- Sondeos. El Colegio de Geólogos de Cataluña hizo pública una nota en la que aseguraba que no se habían hecho sondeos sobre la zona donde se produjo el hundimiento. El Gobierno catalán replicó que era falso y el expediente remitido al Parlamento autónomo incluye 13 sondeos realizados por la empresa Tecsol, propiedad del secretario del Colegio, Ramón Pérez Mir, aunque éste matiza que sólo hizo los sondeos, subcontratado por otra firma, y que, a su vez, subcontrató los estudios. Los constructores insisten en que el túnel principal, a 20 metros del de maniobras, era la mejor cata posible en el terreno.
- Subcontratación. El consejero Nadal denunció en el Parlamento catalán la práctica constante y repetida de la subcontratación como uno de los orígenes del problema. Entre otros asuntos, señaló, se produce la paradoja de que el geólogo que realiza los estudios del terreno no está luego presente en la obra. Pero no es ésa la única subcontratación: las hay en todas las fases de las obras públicas, con el efecto de que lo adjudicado por 10 a la primera empresa acaba siendo pagado por 2 a la que realmente hace la obra.
- Empresas. El Gobierno catalán encargó a GISA (empresa pública) la construcción de la obra. Ésta licitó y adjudicó el proyecto. Luego licitó y adjudicó la obra. Más adelante licitó y adjudicó la dirección de obras y se reservó las tareas de inspección. El presidente de GISA y el consejero delegado son la misma persona. El que era director general de la empresa cuando se aprobó el proyecto asegura que no pudo verlo porque estaba dedicado a supervisar otra línea de metro, la 9.
- Dimisiones. La oposición (CiU y PP) ha pedido la dimisión de Nadal, que ha anunciado la próxima destitución de técnicos y políticos. Los afectados aguardan la comparecencia del consejero, este jueves, en la Cámara autonómica.
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