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Clases participativas para afrontar el reto europeo

Pedagogos de la Universidad de Harvard exponen los nuevos métodos de enseñanza

Carmen Morán Breña

Una educación participativa, dinámica, democrática. Donde alumnos y profesores debatan sobre los documentos de trabajo con sentimiento crítico. No se trata de una clase anárquica, requiere cierto control, pero sí se necesita la interacción permanente entre el alumno y el profesor, que deberán abandonar la antigua fórmula en la que uno habla y otro escucha y toma notas.

Así lo han explicado los profesores John Ickis y Enrique Ogliastri, y la coordinadora Fay Henderson de Díaz, vinculados a la Universidad estadounidense de Harvard. Todos ellos han impartido un seminario para profesores de la Fundación Universitaria San Pablo CEU. Esta Universidad pretende que, gradualmente, sus profesores incorporen una nueva metodología en clase para hacer frente a los nuevos retos que planteará el espacio educativo común para los europeos.

El sistema requiere que el alumno esté al día en las lecturas y casos que el profesor le asigne

Fay Henderson detalló esta metodología de aprendizaje centrada en la participación: "El estudiante ha de leer algún texto antes de cada clase, que serán siempre participativas y de interacción continua; de esta forma, el profesor, tras el debate, podrá ir evaluando el desempeño del estudiante. Requiere, pues, que el alumno esté al día en estas lecturas y en aquellos casos que el profesor les asigne".

Aunque la fórmula no es revolucionaria, quizá las aulas universitarias sean las menos acostumbradas a incorporar innovaciones pedagógicas. A pesar de ello, John Ickis, que es profesor titular del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE), establecido en 1964 con el apoyo de Harvard Business School, asegura que cada vez más los jóvenes docentes "están adaptando estos métodos participativos, sobre todo en Europa". Aunque reconoce que no es fácil efectuar los cambios que este método requiere. Ickis explica que "se necesita cambiar casi todo", la administración, los horarios, la mentalidad, e, incluso, las infraestructuras. "Las aulas que usamos son muy bonitas, pero lo ideal es que hubiera otras distintas, los alumnos colocados en forma de herradura para que puedan debatir, dialogar, interactuar, verse las caras; y que sus nombres estén escritos en las mesas para que se les pueda identificar permanentemente", señala.

A su juicio sería necesario también acabar con la mesa del profesor encaramada en una tribuna: "En lugar de un palco el profesor debe estar abajo, mirando a los alumnos", dice. "Y debería haber muchas pizarras para registrar lo que pasa en clase", concluye.

Algunos de estos cambios los han puesto en marcha en Argentina, recuerda Ickis, y advierte que no es necesario emplear mucho dinero para alguno de ellos.

Los resultados los encuentran estos profesores en los alumnos que se titularon tras estudiar con este sistema. "Tenemos la evidencia de los licenciados, que ocupan puestos de responsabilidad y opinan que lo mejor de sus estudios fue la metodología empleada", prosigue Ickis.

Ésa es la pretensión de los responsables de la Universidad San Pablo CEU, que quieren que sus profesores, alrededor de un millar, incorporen estos nuevos sistemas de enseñanza y aprendizaje. Para ello cuentan con el programa Platón, que ha organizado estos seminarios en los que los profesores vinculados a Harvard, expertos en impartir esta nueva metodología, han compartido sus conocimientos con los docentes.

La coordinadora, Fay Henderson, explicó que el sistema se emplea hace tiempo en EE UU. "Desde los primeros años se les enseña resolución de problemas, análisis, discusión, la gente no está acostumbrada allí a aulas donde alguien repasa conocimientos que luego habrán de reproducir en un examen, porque tanto en la clase como en los exámenes se presenta un problema para cuya resolución hay que aplicar lo aprendido. Es un método de enseñanza muy diferente", concluye.

Este programa lo han trabajado en las facultades de posgrado de América Latina. Henderson explica que en ocasiones tratan "con gente que llega de las mejores universidades, con muy buen nivel, pero son buenos teóricamente, porque nunca han tenido un sistema que les enseñe a analizar, y lo que suelen hacer en el examen es repetir lo que han aprendido, reproducir teorías sobre las notas que tomaron".

Henderson destaca los resultados de encuestas entre los participantes en las que éstos señalan que los factores más importantes para la institución de la que forman parte es "el cambio en la forma de enseñanza".

Fay Henderson de Díaz, la semana pasada en Madrid.
Fay Henderson de Díaz, la semana pasada en Madrid.RICARDO GUTIÉRREZ

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.

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