_
_
_
_
_
Crónica:FÚTBOL SALA | Campeonato de Europa
Crónica
Texto informativo con interpretación

El bloque que lo consigue todo

La selección española suma su quinto gran título en otro ejemplo de juego colectivo

España volvió a ganar. Tras el segundo Mundial, el tercer Europeo ayer en Ostrava (República Checa). Nuevo éxito, el doblete, como en la temporada 2000-2001, para confirmar un trabajo excelentemente hecho. El bloque de Javier Lozano demostró una vez más su calidad y ganó su quinto gran título en otro ejercicio de estrategia colectiva extraordinario. No importó que algunos jugadores estuvieran tocados, o que su mejor delantero, Marcelo, ni siquiera pudiera jugar por lesión. No se había recuperado. El secreto de los éxitos de una selección modélica está por encima de las bajas. España ganó a Rusia por 2-1, pero debió hacerlo por más. Hasta tres tiros dieron en los postes y el equipo tuvo muchas y mejores ocasiones para aumentar su cuenta de goles. No sólo fue muy superior en los 14 disparos a puerta frente a los 8 de Rusia, sino en los que rozaron los palos.

ESPAÑA 2 - RUSIA 1

España: Luis Amado, Kike, Orol, Javi Rodríguez, Andreu -equipo inicial-, Serrejón, Daniel, Cogorro, Julio y Torras.

Rusia: Zuyev, Shayakhmetev, Maevski, Malyshev, Ivanov -equipo inicial-, Foukine, Markin, Douchkevitch, Levin y Abyshev.

Goles: 1-0. M. 9: Córner que saca Julio cruzado desde la izquierda y empalma Andreu. 2-0. M. 21: Cogorro, tras recoger el rechace del portero Zuyev y el poste a un tiro de Kike. 2-1, M. 31: Douchkevitch empalma otro saque de córner.

Árbitros: Massimo Cumbo (Ita.) y Karoly Torok (Hun.). Mostraron tarjeta amarilla a Shayakhmetev en la segunda parte.

Final del IV Campeonato de Europa. CEZ Arena de Ostrava ante unos 5.000 espectadores. Para el tercer puesto: Italia, 3; Ucrania, 1.

Más información
"Este equipo no se cansa de ganar"
Javier Lozano: "No tenemos conciencia de lo conseguido"

España quizá empezó ya ganando este nuevo título al no importarle perder frente a Italia el último partido de la primera fase. Ello le permitió jugar frente a Ucrania, rival más fácil, en semifinales -y golearlo, 5-0-. Evitó así a Rusia, un tercero en discordia más peligroso, como demostró al eliminar a los italianos -brasileños nacionalizados, esa discutible realidad-. Pero en la final, los rusos, jóvenes, rápidos y técnicos, muchísimo más deportivos e ingenuos, iban a ser más manejables que los siempre imprevisibles italobrasileños.

La selección española se ocupó de cortar la rapidez rusa con unos marcajes muy arriba, muchas veces en campo rival, para evitar carreras, y muy encima, algo que pudo mantener Lozano a base de cambios continuos para que descansaran todos los jugadores. Un planteamiento así, si no se cuenta con todos los jugadores, y con casi todos por igual, es imposible. Pero cuando el juego es colectivo de verdad y con mimbres lógicamente también de calidad -empezando por el gran portero Luis Amado-, funciona. Esa es la clave.

Los deportes de equipo se llaman así por algo, aunque los jueguen individuos y aunque muchas veces se olvida, o lo olvidan sus protagonistas, e incluso sus técnicos. Y no digamos los espectadores, a los que les gusta tanto individualizar la hazaña en la estrella, en el ídolo que suele ser el goleador cuando tantas veces los tantos sólo suponen empujar los balones a la red fruto de un gran pase o de una cadena clave de ellos. La selección española de fútbol sala ha reconvertido -y mejorado así para los resultados- a cualquier estrella. Marcelo, ausente ayer, es un ejemplo. Andreu, que marcó el primer gol en jugada de estrategia, hace tiempo que se reconvirtió. Cogorro, autor del segundo, es el último que lo ha aprendido. Forzó el córner del que surgió el tanto y marcó el segundo al recoger un rechace. Otro obrero. Fue nada más empezar la segunda parte y ya entonces pareció todo decidido. Porque España defendió espléndidamente y tuvo el balón mucho tiempo. Cuando lo perdió, Rusia acortó distancias, pero nada más. Cara al gol fallaron más de la cuenta las estrellas individuales españolas, pero se demostró que no importaba para mayor gloria de un equipo.

Júbilo de la selección española tras recibir las medallas de oro y la copa de campeones de Europa.
Júbilo de la selección española tras recibir las medallas de oro y la copa de campeones de Europa.REUTERS

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_