"En el acoso moral dominan los testigos mudos"
"Nadie está libre de ser acosado si se topa con un perverso que le coge manía, sea el jefe o un compañero de trabajo o del colegio", dice la trabajadora social Marina Parés Soliva (Barcelona, 1957), presidenta del Servicio Europeo de Información sobre acoso moral, quien el viernes habló en San Sebastián de ¿Cómo podemos ayudar a un familiar afectado por mobbing?
Pregunta. ¿El perfil del acosador?
Respuesta. La especialista en psiquiatría, psicoanálisis y psicoterapia Marie-France Hirigoyen habla de un perverso narcisista. Su colega José Luis González de Rivera lo presenta como un mediocre inoperante activo.
P. ¿Cómo se comporta?
R. El acosador solo no hace nada. Es cobarde. Pero también manipulador. Sólo ataca si un grupo le da cobertura. Y esto es igual en el mobbing y en el bullying [acoso escolar].
P. ¿Cómo puede una víctima combatir el acoso moral en el trabajo?
R. Primero tiene que identificar el acoso, asegurarse de que no se trata de otro asunto. Luego, verbalizarlo, no avergonzarse. Y después, buscar soporte, porque no todo el mundo se convierte en testigo mudo porque sí. Aún hay gente, poca, que se moja por los compañeros y a la que no le gusta ver cómo otro ataca.
P. ¿Dominan esos testigos mudos?
R. Sí. Y, paradójicamente, al tiempo, en lo que es la sociedad global cada vez se ve peor tanta violencia.
P. ¿Qué papel juega la familia?
R. Debe entender que el acosado puede llegar a tener estrés postraumático y cómo éste afecta a su personalidad. Pero es curable.
P. ¿Es imprescindible que el acosado pida ayuda a un especialista?
R. Lo importante es pedir ayuda. Unos la han encontrado en el médico de cabecera, otros en psicólogos o terapias relajantes... Pero hay pocos terapeutas especializados en acoso.
P. ¿La Justicia responde bien?
R. No está dando la respuesta justa que se merece el tema. Hay pocas sentencias que reconocen el mobbing.
P. ¿Cómo deberían actuar los profesores para atajar el bullying?
R. Tienen que ser drásticos. En cuanto una institución escolar se entera -y si pone los mecanismos, se entera- de que un grupo acosa a un niño, debe protegerlo como sea e intentar que el resto de la clase también lo proteja. Luego ha de trabajar con el grupo que ayuda al instigador, para que reconozca sus errores y cambie, y con el conjunto de la clase que, aunque no queremos reconocerlo, ha sido testigo de las agresiones. Pero el acosador principal tiene que ser tratado fuera del ámbito escolar por un terapeuta especializado.
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