Dénia consulta a los vecinos qué alternativa de ciudad quieren frente al caótico auge inmobiliario
Algunos expertos alertan del modelo actual de ocupación extensiva del término municipal
El Ayuntamiento de Dénia impulsa un cambio radical en los parámetros urbanísticos: los vecinos serán la medida de las líneas maestras del nuevo modelo urbano de la ciudad. El debate se canaliza a través del foro de la Agenda Local 21, bajo las premisas del desarrollo sostenido. Los expertos alertan de la dificultad a la hora de compaginar un modelo de ciudad pública (el casco urbano) con la otra ciudad, la doméstica, la del auge inmobiliario -actual motor de la economía local-, basada en la ocupación extensiva de cientos de hectáreas de suelo del término municipal.
El equipo de gobierno de Dénia, liderado por la socialista Francisca Viciano, asume el riesgo de su apuesta por el urbanismo democrático en aras de reordenar el caos heredado y crecer en función del interés general. La oposición y los constructores cuestionan el modelo de debate, que sitúa en el mismo plano a entidades cívicas genéricas y grupos particulares significados, entre ellos los promotores.
Dénia (38.000 habitantes) es uno de los paradigmas del pseudo desarrollo turístico que atenaza la costa de La Marina Alta. El suelo urbano ocupado es de 2.958 hectáreas, lo que la sitúa en el quinto lugar de la Comunidad Valenciana, tras Peñíscola, Orihuela, Xàbia, Torrevieja y Valencia. La cifra de suelo ya consumido en Dénia es prácticamente el doble que el referente del sector turístico valenciano, Benidorm, con 1.296 hectáreas. El reverso de esta fórmula es que Dénia tiene cerca de 90.000 camas posibles de segunda residencia y de ellas el mercado sólo gestiona 8.000 (en la población hay el triple de agencias inmobiliarias que turísticas). El dato contrasta con la eficacia del modelo vertical de Benidorm, que por sí solo acapara el 70% de las pernoctaciones de la Comunidad Valenciana.
Ante este contradictorio panorama urbano, el nuevo equipo de gobierno local surgido de los comicios de 2003 -el PSPV con el apoyo del Bloc- no ha olvidado su promesa electoral de abrir el urbanismo a los ciudadanos y desterrar del despacho de la Gerencia de Urbanismo a los hasta ahora protagonistas del desarrollo urbano, los promotores y constructores, hasta situarlos en el mismo plano que el resto de entidades ciudadanas.
La Gerencia de Urbanismo ha puesto sobre la mesa de la Agenda Local 21 siete alternativas como punto de partida del futuro PGOU. Las propuestas van desde el crecimiento cero -no programar más suelo urbano, sino ejecutar las bolsas pendientes con capacidad para 4.000 nuevas viviendas- hasta otras de crecimiento residencial moderado y densidad media, conforme al modelo del Plan de Mínimos, que incluye un crecimiento moderado de suelo urbanizable, sobre todo la zona de Les Marines y La Xara, donde se concentra la mayor parte del suelo urbanizable.
Otras dos alternativas asumen las propuestas de anteriores planeamientos, que incluyen la homologación de Les Marines. Una sexta plantea un crecimiento en torno al casco urbano, con un modelo radial. Y el último modelo propone un crecimiento perpendicular a la franja litoral e independiente del casco.
Los 13 colectivos del foro de debate comenzaron la discusión hace dos semanas. Los trabajos, según Josep Vicent Mascarell, coordinador de la Agenda Local 21, se prolongarán hasta mediados de marzo. "No obstante, si llegada esa fecha no hubieran culminado los debates, se prorrogaría en aras de la reflexión", puntualiza. El coordinador resalta el reto al que se enfrenta el foro: "Un modelo urbano sostenible que compagine los intereses de la ciudad pública -el casco urbano- con la doméstica -las segundas residencias que colonizan el término".
Mascarell destaca el ánimo de los vecinos a la hora de implicarse en los debates: "Esto demuestra que el urbanismo interesa a todos y que los vecinos son conscientes de que ha llegado la hora de enterrar los cinco lustros de especulación urbanística y aparcar el período de paleoturismo en el que estaba anclada la localidad", afirma.
Una vez sistematizada la opinión de los colectivos vecinales llegará el turno de los políticos, que en base a las conclusiones del debate, decidirán por una u otra alternativa, "o por una síntesis de todas ellas", subraya la alcaldesa. El objetivo del equipo de gobierno es contar con la nueva herramienta antes de la conclusión del presente mandato.
Expertos como el sociólogo José Miguel Iribas subrayan los problemas de este modelo de ocupación extensiva del suelo frente a la escasa rentabilidad desde el prisma turístico. Entre los lastres, Iribas destaca el consumo de agua, 600 litros por persona al día, frente a los 140 de Benidorm, y el de las comunicaciones, con kilómetros de asfalto para intercomunicar las decenas de microurbanizaciones diseminadas por el término y mayor gasto en servicios públicos, entre ellos el transporte, así como el desaforado consumo de suelo, un recurso finito.
Los ecologistas aplauden la iniciativa. Carlos Arribas, de Ecologistas en Acción, apuesta por crecimientos en las bolsas del interior del término y preservar los tramos de costa aún a salvo de las edificaciones.
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