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Reportaje:CAMBIO CLIMÁTICO

Una vecindad extraña

La planta de Endesa en Carboneras, la tercera instalación más contaminante de España, se ubica junto a un Parque Natural

Los días en los que el cielo está azul y la calima no hace acto de presencia, la pluma de la chimenea de la central térmica de Carboneras (Almería) puede verse en la provincia de Murcia, en el límite entre Águilas y Pulpí, a unos 60 kilómetros de la fábrica. El actual complejo industrial de Carboneras se compone de una fábrica de cemento que produce, aproximadamente, un millón de toneladas, propiedad de Holcim; y dos grupos térmicos de 550 megavatios cada uno, propiedad de Endesa, con un parque de carbón a cielo abierto y una escombrera de ceniza también a cielo abierto; más dos puertos industriales que reciben carbón y desde donde se envía cemento y yeso. Asimismo, existen unas canteras de caliza de 550 hectáreas que rodean el complejo industrial.

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La población de la comarca soporta ya altos niveles de contaminación ambiental y de emisiones de partículas de azufre, carbón, cenizas, yeso, caliza y todos aquellos productos que se emiten en los procesos de combustión de combustibles fósiles que utilizan las empresas instaladas. Sobre la comarca del Levante y sobre el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar se observa con frecuencia una nube amarilla que, saliendo de la chimenea de Endesa y según los vientos dominantes, se esparce sobre seres humanos, animales y plantas.

Para el portavoz de Ecologistas en Acción del Levante almeriense, Igor Parra, la planta de Endesa ha sido el gran caballo de batalla desde 1996. La emisión conjunta de CO2 en esta fábrica, medida en 2002, era de 6,45 millones de toneladas al año (la tercera instalación más contaminante de España) y ahora, en 2005, la cuota asignada por el plan nacional le impone no superar los 6,3 millones de toneladas, tras los acuerdos alcanzados en Kioto. "Si Carboneras no cumple con el plan, Kioto va a nacer muerto en España. Holcim ha tenido la decencia de invertir 30 millones de euros para poner un filtro en su chimenea. Pero Endesa no tiene filtro: tira hollín y lo dispersa a decenas y decenas de kilómetros. Por eso fuimos los primeros en lanzar la campaña contra el tercer grupo que pretendían abrir", explica Parra.

El delegado sindical de Comisiones Obreras en la central térmica, José Luis Orge, asegura que su empresa realiza "esfuerzos" para mejorar las emisiones, algo que será demostrable en la frontera entre 2007 y 2008, cuando se instalen las plantas desulfuradoras. "Cuando estén esas plantas los gases se mezclarán con la caliza y se emitirá menos. La segunda fase emitiría tan sólo unos 200 miligramos de CO2 por metro cúbico al día y la primera unos 2.000 y poco", apunta Orge. En la actualidad, sin plantas desulfuradoras, esas cantidades suben a 800 miligramos por metro cúbico y a 5.500, respectivamente. Según los estudios, una tercera fase nueva no contaminaría más de 200 miligramos y, sus defensores, aseguran que habría servido para contrarrestar la producción de las dos más antiguas. "Tanto en Italia como en Alemania se están haciendo plantas de carbón. La tercera fase no habría supuesto contaminar más en Carboneras", defiende Orge.

Fue en 2002 cuando se vivió con intensidad el debate sobre lo que parecía una inminente ampliación de la térmica con un tercer grupo. Desde el PSOE se defendió siempre una ampliación a través de un ciclo combinado, usando gas como combustible. Ahora, por parte del PP, se vaticinan problemas con el suministro de energía y el actual sistema energético en España. "Se supone que hay que apostar por energías renovables como la eólica. Por eso no tenía sentido proponer los sistemas de desalación que van a implicar un incremento de 5.000 megavatios más, que equivale a la producción de cinco centrales nucleares o 10 centrales térmicas", reprocha el diputado del PP Rafael Hernando.

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Ante el mutismo de la empresa que gestiona la térmica de Carboneras, su delegado sindical, José Luis Orge, asegura que se ha renunciado a la tercera fase porque el carbón están "totalmente descartado". Orge afirma que, pese a la polémica de antaño, ni siquiera se llegó a realizar el proyecto de impacto ambiental para dicha ampliación.

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