Las víctimas del 'caso del naipe' sufren estrés postraumático

Los peritos que declararon ayer en el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial contra el supuesto asesino del naipe, el ex militar Alfredo Galán Sotillo, explicaron que las dos mujeres que sobrevivieron a los disparos de éste padecen actualmente estrés postraumático crónico.

Así lo pusieron de manifiesto en la octava sesión de la vista oral contra Galán, para quien el fiscal reclama un total de 151 años y dos meses de cárcel por seis asesinatos y tres en grado de tentativa. Según el representante del ministerio público, a las cuatro de la tarde del 5 de febrero de 2003 el procesado entró en un bar de la calle del Río Alberche de Alcalá de Henares, donde asesinó de un disparo en la cabeza a Mikel Jiménez Sánchez, hijo de la propietaria, y a Juana Dolores Uclés López, clienta del local.

En ese mismo establecimiento disparó tres veces contra Teresa Sánchez García, dueña del bar, "con intención de acabar con su vida", hiriéndola en la espalda, pierna y brazo. Los peritos explicaron ayer que precisa tratamiento psiquiátrico, necesita psicofármacos y, "aunque hace esfuerzos para no acordarse de lo ocurrido, no lo consigue". "Quiere evitar todo lo que evoque esto y se le han alterado sus planes de futuro", concluyó un psiquiatra. Además, dijo que la pérdida de su hijo le ha producido "un duelo patológico" que "está desembocando en una depresión".

El 7 de marzo de 2003, Galán se dirigió supuestamente a Tres Cantos, donde disparó en la cabeza a Santiago Eduardo Salas y trató de hacerlo contra una amiga suya -que figura como testigo protegido en la causa-, aunque no lo consiguió al encasquillarse la pistola. A esta mujer, de nacionalidad ecuatoriana y que está embarazada, los peritos señalaron que se le "ha cronificado el síndrome de estrés postraumático". El psiquiatra indicó que lo sufrido afectará al hijo que espera.