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Reportaje:

24 horas contra la anorexia

Un centro de Valencia asiste durante todo el día a pacientes con trastornos alimentarios

Cuando el centro Previ abrió sus puertas en Valencia en la década de 1990 como consulta de psicología clínica pocos de sus profesionales se imaginaban que al cabo de 15 años su principal área de trabajo sería la atención a mujeres con trastornos de la alimentación. Desde entonces, los casos de bulimia y anorexia se han disparado, como apunta el coordinador clínico, José Marco, y el centro, además de los tratamientos convencionales de depresiones, trastornos de ansiedad o de la personalidad, se ha volcado en abordar los problemas alimenticios desde todos los frentes posibles: tratamiento ambulatorio, centro de día y atención 24 horas. Éste último, con 20 plazas, fue inaugurado ayer en unas nuevas dependencias en la calle de Sorní de Valencia con la idea de complementar el resto de servicios que prestan.

Hace cinco años, se abrió el hospital de día "para atender a las personas que no respondían al tratamiento ambulatorio". Se trata de un servicio, también de 20 plazas, en el que las chicas -la proporción es de un hombre por cada 10 mujeres- están de 10.00 a 22.00 en el centro, donde toman las cinco comidas, se someten a terapia y realizan actividades lúdicas bajo la estrecha vigilancia de los profesionales -un psiquiatra, un endocrino, ocho psicólogos, una enfermera, tres auxiliares, una administrativa, cocinera y mujer de la limpieza-. A medida que mejora su situación, el horario se flexibiliza de forma que pueden salir antes, o compatibilizar su estancia con su trabajo o los estudios.

Sin embargo, puede no ser suficiente. "Hay casos en los que las chicas por la noche comen compulsivamente, toman laxantes, vomitan o hacen ejercicio para perder peso". Estas circunstancias pueden coincidir con familias desestructuradas que no ofrecen un entorno adecuado para el tratamiento de la persona enferma. Entonces, el recurso indicado es el internamiento, que puede ir desde el mes a varios meses. Normalmente, el ingreso llega después de un proceso de reflexión no sólo de la paciente, sino de su familia, que se produce durante el tratamiento en el hospital de día. "Hay que tener en cuenta que se trata de un tratamiento voluntario", subraya Marco, "la paciente tiene que querer curarse; si no, no tiene sentido".

"Comenzamos cuando prácticamente no había este tipo de dispositivos en la Comunidad Valenciana y era muy importante cubrir este hueco", apunta la gerente del centro, Cristina Guillén. Con la puesta en marcha de la unidad del hospital La Fe -de referencia en la Comunidad Valenciana-, existe tratamiento ambulatorio y camas de ingreso en la red pública, aunque con una sensible lista de espera. Otros centros públicos también atienden estos casos, pero sin contar con unidades específicas y muchos de los ingresos tienen lugar en las plantas de salud mental. "También hay centros privados con recursos similares, como pequeños centros de día en los que se sirven comidas, pero son sólo comedores que abren de 13.00 a 15.00". Hasta la apertura del centro de día y ahora el de asistencia durante todo el día de Previ, muchas de las pacientes acudían a Madrid, Barcelona o incluso Málaga a centros especializados, comentan sus responsables.

Ahora, es la propia sanidad valenciana, o incluso los equipos de servicios sociales, quienes cuando no pueden hacerse cargo de la atención a los pacientes, los remiten a este centro, asumiendo el gasto de la atención a los enfermos. "Nuestra intención es complementar a la red sanitaria pública", comenta Marco. Además, especialistas del centro desarrrollan campañas de prevención de conductas de riesgo en colegios de Castellón y Valencia y colaboran con la Univesidad Jaume I en el desarrollo de programas informáticos de realidad virtual para tratar a estas pacientes que ya están aplicando.

Los datos indican que queda mucho camino por hacer y que los casos mantienen la tendencia creciente. Una muestra de este escenario es que pese a que la tasa de sobrepeso entre los adolescentes es del 13,5%, el 28,2% de las chicas de 15 años ha estado a dieta durante el último año, una cifra que duplica el porcentaje de 1998 (13%). Más numerosas son aquellas que reconocen haber intentado perder peso: el 60% de las niñas de 15 años y el 40% de las de 13 años, según un trabajo elaborado por el responsable de la unidad de trastornos alimentarios del hospital La Fe, Luis Rojo.

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