"En la UE podría encajar una Euskadi independiente"
El eurodiputado del PNV, Josu Ortuondo (Bilbao, 1948), cree que en el País Vasco habrá una participación superior al resto de España: "Somos una sociedad políticamente más avanzada".
Pregunta. No sé si es conveniente preguntarle si está siguiendo la campaña. El desapego a la cuestión europea es galopante.
Respuesta. Es difícil conseguir meter a los ciudadanos en este debate con un texto tan complejo. Además, no tienen claro que su voto decida muchas cosas en Europa. Han sido los Gobiernos de los Estados los que han tomando las grandes decisiones.
P. ¿No hay un riesgo de quebrar el proceso de legitimación de la UE por la abstención?
R. Claro. El referéndum era una decisión de alto riesgo. De hecho, 15 Estados lo van a aprobar sólo en sus Parlamentos.
"Nuestra reivindicación no está tanto en Bruselas, sino en Madrid y en París"
P. Al final, el PNV dio un sí crítico al Tratado. ¿El concepto de pueblo no ha salido tan bien parado en este texto?
R. No sólo no ha perdido fuerza, sino que ha superado los duros embates de posiciones españolas de suprimir la palabra pueblo del Tratado. Aparece en el preámbulo y en otros seis sitios, incluido en el apartado de objetivos de la UE: el bienestar de los pueblos de Europa. Para nosotros, lo básico es el modelo de la construcción europea, basado en la libre adhesión y en ciudadanías que conviven sin anularse ni negarse y en el respeto al principio de subsidiariedad. Justo lo que plantea el plan Ibarretxe. Queremos que el Estado español se construya también así y no desde la imposición. Nuestras reivindicaciones no están tanto en Bruselas, sino en Madrid y en París.
P. ¿Pero el Tratado reconoce y protege los intereses de las naciones sin Estado?
R. Por supuesto. El Estado español ha firmado la Carta de Libertades Fundamentales y de Derechos y la Carta de la ONU, donde se reconoce el derecho de autodeterminación. Hasta ahora, quien ha impedido a los vascos estar presentes en los Consejos de Ministros europeos era el Gobierno español. Con Zapatero hay un cambio y nosotros también acabaremos estando. Y tendrán que crear diferentes circunscripciones electorales en España y los vascos tendremos una propia.
P. Lo raro es que este Tratado valga para decir que será muro de contención del plan Ibarretxe o que el plan encaja muy bien.
R. Yo se lo he preguntado a Carlos Iturgaiz [eurodiputado del PP] en un debate. La respuesta es que es una propuesta que divide, crea fronteras y ciudadanos de primera y segunda. En la propuesta vasca no hay nada de eso. Todos los ciudadanos vascos tienen los mismos derechos. Y lo que se pretende es quitar fronteras, no ponerlas. Si ahora pueden convivir la ciudadanía española con la alemana y la europea, ¿por qué no va a ser igual para la vasca, la española y la europea?
P. ¿Encajaría incluso la idea de poner una estrella vasca en la bandera de la UE?
R. Podría encajar una Euskadi independiente, pero no planteamos eso. Nuestra propuesta es de adhesión al Estado español siguiendo el modelo europeo. ¿El Tratado impide a Gibraltar ser español o a Irlanda del Norte ejercer el derecho de autodeterminación recogido en el Acuerdo de Viernes Santo? En absoluto.
P. ¿Cree que el PP apoya el Tratado con la boca pequeña?
R. Está claro que José María Aznar no quería este Tratado y el PP dice un sí muy forzado. Pero el PP aprovecha como siempre el tema vasco como chivo expiatorio. Y yo me quedo pasmado cuando dicen: vota a favor del Tratado para decir no al plan.
P. El PNV vaticina un cambio de esta Constitución europea en unos cinco años.
R. Porque es un paso más tímido que el que los tiempos requieren. Muchos Estados han tenido un miedo escénico a ir más allá, sobre todo el Reino Unido. Pero es incuestionable que Europa necesita profundizar más porque no se construye una verdadera identidad política plena. En política Exterior y de Seguridad se mantienen el derecho a veto de los Gobiernos. Y eso tendrá que romperse también. Es imparable.
P. ¿Cómo explica que sólo PNV y CiU, entre los nacionalistas, defiendan el sí?
R. Porque somos las dos únicas fuerzas con vocación de liderazgo en nuestras comunidades. Y al ser líderes nos sentimos más responsables del futuro de nuestras comunidades. No nos hemos dejado arrastrar por lo emocional. Ha primado lo racional.
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