El edificio Windsor carecía de sistema automático de extinción de incendios

La planta 21º del edificio Windsor de Madrid, en la que se inició el incendio que destruyó el rascacielos, carecía de un sistema automático de extinción (rociadores de agua), explicó un alto responsable de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento. Las obras para la instalación de dicho sistema, iniciadas en 2003, no se habían completado en la planta 21º.

El rascacielos no disponía de sistema de extinción automático porque cuando se construyó no era obligatorio. Ni siquiera lo es hoy. El Reglamento de Prevención de Incendios que la Comunidad de Madrid aprobó en 2003 sólo exige estos sistemas en los edificios con una altura de evacuación (el punto más alto en el que puede haber personas) de más de 100 metros. La altura de evacuación de la torre Windsor es, según Urbanismo, de 96,7 metros.

El rascacielos sólo disponía del sistema de detección termovelocimétrico (detectores que disparan una alarma acústica y visual por incrementos de temperatura de más de 10 grados por minuto). Fue este sistema el que se activó a las 23.16 del pasado sábado. Uno de los cuatro vigilantes que custodiaban el edificio localizó el origen del fuego en un despacho de la fachada sur de la planta 21º y, tras avisar a sus compañeros para que llamaran a los bomberos, intentó, sin éxito, apagar las llamas con un extintor.

Al menos cuatro empresas estaban realizando obras de reforma en el edificio Windsor. La firma Axima era la encargada de renovar el sistema de protección contra incendios. Un portavoz confirmó que los trabajos no habían llegado aún a la planta 21º.

La inmobiliaria Asón, propiedad de la familia Reyzábal, contaba con una póliza de 90 millones para cubrir los daños al edificio, otra de 12 millones para pérdidas por la imposibilidad de cobrar el alquiler y una tercera de 10 millones para responsabilidad civil. El 60% de las pólizas estaba cubierto por Allianz, y el 40%, por Mapfre.