España quiere destilar el 30% de la cosecha de vino con el objetivo de eliminar los excedentes
El sector vitivinícola español y la Administración han planteado en Bruselas la necesidad de destilar esta campaña unos 14 millones de hectolitros de vino con el fin de eliminar los excedentes de campaña. Esa cifra supone aproximadamente el 30% de la cosecha y refleja las dificultades del sector para dar una salida adecuada a unas producciones medias que se estiman en el futuro entre los 47 y los 50 millones de hectolitros.
Para la destilación obligatoria destinada a la obtención de alcohol para usos de boca, España solicitó la entrega de 7,8 millones de hectolitros sobre un total previsto por Bruselas para toda la Unión Europea de 11 millones de hectolitros. La existencia de peticiones por un volumen de 13 millones de hectolitros supuso un prorrateo y una asignación para España de sólo 6,6 millones de hectolitros (2,49 euros por hectogrado).
Este recorte en las posibilidades para la entrega de vino para la destilación voluntaria ha supuesto el riesgo de importantes excedentes para el sector ante una cosecha de 48 millones de hectolitros, una caída en la demanda interna hasta 12 millones de hectolitros y el estancamiento en las exportaciones en unos 11 millones de hectolitros.
El sector evaluó las necesidades complementarias para la destilación de vino en otros 7,5 millones de hectolitros.
Peticiones del sector
El Ministerio de Agricultura ha respondido a las peticiones del sector y ha planteado ante los responsables de esta materia en Bruselas la necesidad de establecer los mecanismos necesarios para poner en marcha una destilación de crisis por ese volumen. Además, a ese total habría que sumar otros 2,5 millones de hectolitros de los viticultores franceses. La Unión Europea contemplaba una destilación de crisis sólo para cuatro millones de hectolitros.
El precio para ese vino deberá ser inferior a las cotizaciones del mercado, aunque cada Estado miembro podría aplicar ayudas complementarias si lo considera necesario. España solicita que el precio para esa destilación de crisis sea de 1,91 euros por hectogrado, a cargo de fondos comunitarios.
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