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Columna
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Dictamen

Una evidencia filológica sacude la política valenciana y aboca al partido en el gobierno a otra crisis interna. Ha cumplido su función la Acadèmia Valenciana de la Llengua, pese a los augures que denostaron la institución desde el principio, al dictaminar que el valenciano y el catalán son la misma lengua, hecho ridículamente obvio desde la honestidad de una razón grotescamente deformada entre muchos valencianos. La mezquindad en la acción pública suele pagarse cara y el PP, no escarmentado de reflejos confusionistas que le pasaron factura hace bien poco, la convirtió en argumento de su agresiva táctica partidista. Pese a las advertencias de quienes apuntamos el peligro de colisión con la vía institucional meticulosamente encarrilada en la anterior legislatura para reconducir la polémica lingüística, el Consell de Francisco Camps no quiso o no supo resistirse a desencadenar, con la excusa de la petición, un tanto torpe, de reconocimiento de las lenguas cooficiales españolas en Europa, una ofensiva cuya materia prima no era otra que la manipulación masiva de la sociedad contra un Gobierno de España de signo rival. Táctica irresponsable donde las haya, e inestable como la nitroglicerina, que llevó a Camps y su gente a desaprovechar con terquedad, uno a uno, todos los puentes y todas las salidas, desde la visita conciliadora de la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega hasta los oficios discretos y bienintencionados de empresarios, intelectuales y políticos a uno y otro lado del río de la Sénia. La vibrante ofensiva, pues, se estrelló contra la razón de ser de la Acadèmia y ha llevado a los populares a un percance con contusionados; un accidente que reactiva, tanto fuera como dentro, algunas pulsiones ultras de feo aspecto (ahí están Rus, Giner, Ferraro y tutti quanti). Sólo cabe felicitar a los académicos por cumplir su cometido y esperar del inquilino del Palau que ponga orden en casa y reoriente el desgraciado episodio a cauces democráticos, de sentido común y de respeto hacia la legitimidad de las instituciones, incluido el organismo normativo del valenciano creado en su día por las Cortes Valencianas.

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