La historia que afecta al bolsillo

La colección de ocho volúmenes (el noveno es la cronología, bibliografía e índices) de esta historia de la economía española y de sus principales protagonistas es una obra colosal, no sólo por el tamaño, sino por la vocación con la que se ha hecho. Como cuenta el profesor Alfonso Sánchez Hormigo (uno de los tres encargados de editar y agrupar los textos) en la presentación del volumen que cierra la colección, la obra completa se comenzó a gestar hace 20 años y se ha estado trabajando en ella los últimos 15.

La dirección de la obra es de Enrique Fuentes Quintana, y eso dice mucho. Es catedrático de Hacienda Pública y Derecho Fiscal, ex ministro de Economía y vicepresidente segundo para Asuntos Económicos, fue el autor intelectual de la reforma fiscal española de 1978 y tuvo un papel clave en los Pactos de la Moncloa. Es también miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas desde 1975.

Bajo la batuta de Fuentes Quintana, los más prestigiosos especialistas han colaborado en esta historia de la economía en España, desde la Edad Media hasta nuestros días, hasta convertirla en una obra indispensable del pensamiento económico. Los dos frentes por donde la colección aborda los temas es clave para su interés: Por un lado se analiza la realidad y los problemas a los que se enfrentaba la sociedad española en cada momento de la historia. Por el otro, se recoge la capacidad de respuesta que daban a cada unos de esos problemas los economistas españoles, utilizando individualmente el prisma de su creencia e ideología, y muchas veces el sentido común para hallar el camino a seguir.

Aunque la mayoría de los volúmenes enuncian el problema y la respuesta dada, hay otros como el quinto, por ejemplo, mucho más volcado al análisis filosófico, a la economía política podría decirse. En ese volumen, que ya pasa el ecuador de la colección, las críticas a la economía clásica, que de eso va, se estructuran esencialmente en dos grandes bloques: las que fueron formuladas desde el orden liberal -entre las que destacan las basadas o procedentes del catolicismo, krausismo, regeneracionismo y georgismo-, y las críticas radicales, generalmente de tendencia de izquierdas.

Otro volumen, el octavo, por ejemplo, aborda el último medio siglo de la economía española desde que en 1947 se licenciara la primera promoción de economistas. El texto analiza las decisiones que han guiado el desarrollo económico, industrial y social de España, desde el Plan de Estabilización de 1959 hasta la implantación del euro. Los Pactos de la Moncloa, desarrollados por Fuentes Quintana; el ajuste económico de 1982-1985, comentado por Miguel Boyer; la integración de España en la CEE, sintetizada por Pedro Solbes; o las políticas de liberación, analizadas por Miguel Ángel Fernández Ordóñez.

No cabe duda de que todos los volúmenes son muy útiles para los profesionales de la economía, aunque también son accesibles para aquellos que tengan un interés genuino de comprender la historia económica y social. No son textos de lectura ligera, pero sí comprensible. No es la mejor obra para quien quiera acercarse a la historia de la economía, pero sí para quien desee profundizar en ella. Lo más notable, desde luego, es la visión española de las corrientes de pensamiento económico universales y su puesta en práctica en el país. Todos los volúmenes cuentan con un elaborado aparato crítico y un álbum ilustrado con fotografías que sintetiza el contenido. El coste de cada ejemplar, que ronda los 35 euros, puede ser poco recomendable para muchos que quieran tener la colección completa, pero los volúmenes están elaborados de tal modo que pueden adquirirse independientemente.