Una defensa de mantequilla

Osasuna siempre ha sido un equipo defensivo. Incluso cuando en sus mejores tiempos desplegaba un juego rápido y vertical. Lo suyo era la concentración atrás y algún balón suelto en el área contraria para vencer por la mínima. La llegada de Javier Aguirre apenas varió esta idea. El técnico mexicano abrió las bandas y trajo el aroma suramericano del buen trato al balón, pero arraigado a la genética de conjunto serio y disciplinado. Tres años después de su desembarco, la raíz del sistema se está desdibujando. A estas alturas de la Liga el pasado año, Osasuna sólo había recibido 17 goles, un tanto más que el Valencia. Hoy, antes del partido contra el Real Madrid, su casillero muestra un asombroso 37. Exactamente la misma cifra de goles encajados que el colista, Numancia.

Los jugadores y el esquema son casi idénticos, pero no los resultados. "Hemos pasado de ser la defensa de moda a la demodé", bromea irónicamente Josetxo. Junto a su compañero en el centro de la defensa, Cruchaga, habían paralizado a delanteras potentísimas como la del propio Valencia o el Barcelona. Actualmente, resulta casi imposible que acaben un partido con la portería a cero. "Es muy difícil de explicar, pero esta temporada no estamos al mismo nivel que la anterior. Desde el principio hemos tenido muchos problemas porque recibimos goles con mucha facilidad y hemos intentado solucionarlo pero sin conseguir mejorar", explica Josetxo.

Desde la banda, Javier Aguirre ha buscado variantes defensivas, cambiado los laterales, sentando a Cruchaga en el banquillo por segunda vez en sus ocho temporadas como profesional o cambiado al portero Sanzol por el joven Elía. Resultado: los mismos errores. "El míster se tira de los pelos y con razón, como nosotros. Llevamos toda la temporada entrenando muy fuerte la defensa, con muchos ejercicios, y luego, cuando llega el partido, cada error puntual o cada falta de concentración es un gol en contra", asegura el central. En este partido, Aguirre va a mantener la línea defensiva. Sin embargo, Sanzol volverá a vestirse de corto tras doce jornadas en el ostracismo. Un nuevo parche para una vía de agua que se abre domingo a domingo. "No paramos de darle vueltas al asunto y no vemos la solución. No es ni mala suerte, ni falta de ganas ni que seamos peores que el año pasado. Sólo sabemos que nos meten demasiados goles", prosigue Sanzol.

Para Cruchaga, un central baqueteado contra mil delanteros, el problema no reside ya en mirar atrás, a los errores cometidos, sino a las restantes jornadas, empezando por la de hoy. "Debemos olvidar el pesimismo de los goles encajados y, después de los últimos varapalos que nos estamos llevando, creo que el Madrid es el equipo ideal para que nos visite y relancemos nuestra moral", asegura. Josetxo se muestra más cauto: "El Madrid es diferente, con jugadores mucho más peligrosos que el resto de conjuntos. Por ejemplo Ronaldo, que parece que nunca está pero te puede marcar en un segundo". Justo lo peor que le puede pasar a Osasuna.