"No queremos ser partícipes de una frustración como la de 1978"

Joan Puigcercós (1966, Ripoll, Girona) es el representante de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) ante el Gobierno central, el hombre pragmático que al final siempre encuentra un punto de acuerdo con su interlocutor parlamentario, el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba. Pero ahora, con el asunto de la Constitución europea tiene una posición opuesta a la del PSOE. ERC pide el no sobre todo por la ausencia de reconocimiento de las naciones sin Estado.

Pregunta. ¿Qué puntos de la Constitución ven inasumibles?

Respuesta. Es inasumible que no haya una Constitución como tal. Lo que hay es un compendio de acuerdos de Consejos de Ministros y cumbres, pero no hay una Constitución que acabe con el déficit democrático europeo, ni un Gobierno elegido por el Parlamento Europeo que tenga plenas capacidades para la elección directa del presidente.

"Nosotros queremos más Europa, y por eso hay que dar un toque de atención"

P. ¿Y de su contenido?

R. La falta de concreción social. Si Europa es algo es un modelo social, de prestaciones públicas, de derechos universales. No queda reflejado ni el derecho a la sanidad. La Constitución española habla del derecho a la vivienda; y es un problema acuciante, no está garantizado por el hecho de que lo ponga ahí. Pero al menos es un imperativo para la legislación posterior.

P. Entonces, ¿por qué la apoyan los sindicatos?

R. Porque son de carácter estatal. Los que no son estatales no la apoyan. Ellos piensan que su política no les incumbe en Europa, la hacen a nivel de Estado, y como esta Constitución no crea un marco laboral ni social europeo, ellos continuarán su guerra en el Estado. Los Estados han consolidado y blindado para muchos años su soberanía.

P. ¿Creen que no se ve reflejada la Europa de los pueblos?

R. En Cataluña se nos había dicho por activa y por pasiva, desde Pujol hasta Josep Ramoneda, que la salida al conflicto con España era Europa. Ha venido Europa, y como en Bienvenido mister Marshall, ha pasado de largo. No vemos ninguna cesión clara de soberanía, ningún planteamiento de un modelo social claro blindado ante el modelo anglosajón. No se busca la fórmula de participación de las regiones con capacidad legislativa en la arquitectura de la Unión. Estamos fuera. Todo lo que se vaya a conseguir va a ser por cesión de los Estados. Hay problemas que es necesario resolver en Madrid y no en Bruselas, es cierto; pero era una oportunidad de oro para dar una salida. Y estaba en la primera convención de Valéry Giscard D'Estaing, pero luego desapareció del texto. Es posible que en 2007 esto se reforme con la incorporación de Rumania y Bulgaria, pero ahora sólo podemos votar no.

P. Si no hay Europa de los pueblos, ¿cómo puede ser que CiU y el PNV, con su plan Ibarretxe, pidan el sí?

R. CiU lo apoya todo, incluida la Constitución española. Esto no es novedad. Sus problemas tendrán con algunos de sus votantes y dirigentes. El PNV se coloca en una postura cómoda ante la bronca del plan Ibarretxe. Pero Eusko Alkartasuna vota no y el Bloque Nacionalista Galego, también. Además, Cataluña no es Euskadi, y por eso nosotros no hacemos el plan Ibarretxe, tenemos nuestra propia dinámica.

P. ¿Cómo se explica que estas críticas lleguen cuando las autonomías españolas participan por primera vez en Consejos Europeos y el catalán ha sido reconocido como lengua en Europa?

R. Eso se debe a Esquerra. El Gobierno socialista hace esfuerzos, y se le tiene en cuenta. Pero lo cierto es que el catalán no está en la Constitución. Sólo habrá traducciones pagadas por Madrid. Oiga, ¡que es una lengua de 10 millones de habitantes! Dependemos del Gobierno, y Zapatero no estará siempre. Él puso buena fe, llevó el tema del catalán, pero tampoco era su prioridad. Lo colocan por debajo del asunto de Gibraltar, y eso no puede ser. Con todos mis respetos, una lengua es más importante que un peñasco.

P. ¿Lo que valió para apoyar los Presupuestos no vale para decir sí a la Constitución europea?

R. No logró meterlo dentro, parece ser que por presiones de otros países. Creemos que hay que dar un toque de atención para ver si lo logramos en 2007. Si dijéramos sí ya no cambiarían nada. En 1978, cuando se votó la Constitución, ERC se abstuvo, pero muchos catalanes la apoyaron para superar la dictadura. Al final, se nos ha dicho que es irreformable. Muchos de los que dijeron sí en 1978 van a votar no ahora. No queremos ser partícipes de una segunda frustración como la de 1978.

P. Si gana el no, ¿perderá legitimidad ciudadana la Unión Europea?

R. Se pierde legitimidad cuando nadie entiende las directivas, cuando no se hace nada de forma conjunta ante un problema como el de Irak. No existe Europa, no hay voluntad unificada de los Estados. Nosotros queremos más Europa, y por eso hay que dar un toque de atención.