Llamazares critica que el Tratado supedite la acción exterior a EE UU

El coordinador general de Izquierda Unida (IU), Gaspar Llamazares, argumenta para propugnar el no en el referéndum sobre la Constitución europea que ésta dibuja una Europa "vinculada a las acciones de la OTAN y como una potencia clásica, subordinada y sumisa a la gran potencia internacional", Estados Unidos, lo que constituye una "realidad preocupante".

En su intervención ayer en el Fórum Europa -organizado por Nueva Economía y Europa Press-, Llamazares aseveró que el Tratado recoge implícitamente el concepto de "guerra preventiva" y no expone un modelo de política exterior propio cuando debería presentar a Europa como una "antipotencia dialogante y negociadora frente a la potencia de la guerra".

El líder de IU reiteró que en la elaboración de esta Constitución, que no reconoce derechos sociales como el derecho a la vivienda, se ha "marginado a los ciudadanos" y que ése déficit no se va a paliar con la campaña institucional del Gobierno, "en realidad una campaña publicitaria".

Un 'no' solvente y sólido

Por todo ello, Llamazares espera un rechazo "solvente y sólido" al Tratado, "dentro de una actitud exigente y de izquierdas", que obligará a la "renegociación del texto" en el caso de que el no gane en más países.

Sobre la participación en el referéndum (con cuya convocatoria España juega el papel de "rompehielos" de Francia o Alemania) dijo que los partidarios de rechazar la Constitución europea "se darían con un canto en los dientes" si alcanzara el 40%, un porcentaje en la línea de la registrada en las elecciones europeas. Él hubiera convocado el plebiscito más tarde y en una única fecha para todos los países afectados. "Nos gustaría que hubiera habido más tiempo para dialogar y negociar, y no lo ha habido".

El líder de IU aseguró que su formación no pretende "una Constitución a la carta de la izquierda" sino que se produzca un proceso de debate y encuentro "en lo que es la identidad europea". "Es tiempo de dejar de debatir sobre la UE como un tema esencial y reconocerle ya la mayoría de edad y la capacidad de sus ciudadanos para participar en sus políticas y definir sus posiciones".

Llamazares criticó que las posturas en contra de la Constitución sean tachadas de "antieuropeístas" y se vincule la tradición democrática de España a su pertenencia a la Unión Europea y su desarrollo.

Y justificó que los sindicatos apoyen el Tratado ya que, según señaló, las referencias a algunos derechos sociales y a la Carta de Derechos Fundamentales fue consecuencia de sus presiones.