Pagar en el Carmel
Lamento la desgracia que sufren el millar de personas que han perdido sus expectativas vitales y emocionales en el Carmel, y me sorprende la noticia que difunden con grandes titulares los medios informativos de la ciudad de que los damnificados no pagarán ni agua, ni luz, ni teléfono, ni gas.
¿De qué hablan?, ¿de qué agua les hablan?, ¿de qué gas?, ¿de qué luz? y ¿de qué teléfono? ¡Si no existen sus casas o no las pueden ocupar, no pueden gastar esos servicios!
Que nadie quiera aparecer como benefactor en una situación en la que está pasando demasiado tiempo sin que aparezcan responsables, que, son los que deberían pagar las hipotecas de esas personas que lo han perdido todo.
Ni por un momento se me ha ocurrido que los bancos pudiesen perder ni un céntimo de lo que en su día prestaron ¡Eso jamás! El dinero es suyo y ellos lo prestaron a quienes no lo tenían para que se lo devolviesen con intereses, en una operación mercantil que no conoce sentimientos.
Pero en el sentido estricto de justicia, veo claro que quienes tienen que pagar esas hipotecas por nada deben ser quienes sean responsables de que tantas casas, tantas ilusiones y esfuerzos se hayan convertido en ruinas.
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