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Reportaje:VELA | Copa del América

"No partimos de cero, sino de 50"

Luis Doreste, líder del 'Iberdrola', considera decisivo poder trabajar ya con dos barcos

Hace unos meses, Luis Doreste descansaba en Las Palmas escéptico con el porvenir del equipo español para la Copa del América de 2007, en aguas de Valencia. No sabía ni contestaba. En octubre, en unas regatas de preparación entre los desafiantes ya inscritos, fue un tripulante más del velero italiano Luna Rossa, dispuesto a ficharle. Ahora, desde el pasado sábado, lidera el Iberdrola, el único proyecto español en marcha. Su cargo: director deportivo; es decir, responsable de que la tripulación dé lo máximo.

"Si me preguntan qué papel me gustaría desempeñar", afirma Doreste, "lo tengo claro: querría ser el patrón. Pero es una responsabilidad que no puedo compaginar con la que se me ha asignado y he asumido. El patrón debe estar sólo pendiente del barco, de sus reacciones, de la velocidad..., y yo no voy a tener tiempo para eso. Mi principal misión ahora es buscar navegantes y coordinar la tripulación. Ya habrá ocasión de desempeñar un papel importante en cubierta".

"Mi principal misión ahora es buscar navegantes y coordinar la tripulación"

Doble campeón olímpico, Doreste (Las Palmas de Gran Canaria, 43 años) regresa al frente de la vela española con un proyecto muy ambicioso. No sólo por el presupuesto, 60 millones de euros, sino también por el perfil de los integrantes del equipo. El director técnico, el neozelandés John Cutler, es un experimentado navegante: logró el bronce en Seúl 88 y ha participado en cuatro ediciones de la Copa del América con tres equipos diferentes. El diseñador, el norteamericano Phil Kaiko, ganó la competición en 1992 con el América 3 y fue tercero en 2003 con el One World. Dos prototipos de este último barco, incluido el arsenal tecnológico, han sido adquiridos por el Iberdrola. Su coste: unos siete millones de euros.

"Comprar los one world", explica Doreste, "supone no partir de cero, sino de 50. Lo ideal habría sido empezar antes del verano de 2004, pero las cosas se complicaron. Ahora hemos ganado terreno con la contratación de Kaiko, que conoce los veleros y sabe cómo mejorar sus prestaciones. A partir de 2006 ya podremos contar con el nuevo, que empezará a construirse este otoño".

Para Doreste, cuya experiencia en la Copa del América se limita a su concurso en la edición de 2000 con el Bravo, español, lo fundamental es que la gente se adapte a las características de un barco de este tipo. "Hay que tener en cuenta", considera, "que España perdió en 2003 la relación que mantenía desde 1992 con la prueba. Participamos en tres ediciones consecutivas y en Auckland, en Nueva Zelanda, no estuvimos. Por eso debemos ponernos las pilas. Todo lo contrario ocurre con los desafiantes grandes, como el Oracle, el TNZ o el Luna Rossa. En algunos casos han cambiado al diseñador; en otros, al patrón, pero la base es la misma y se entrenan con embarcaciones que conocen. Nosotros tenemos dos años para familiarizarnos con las nuestras".

Uno de los inconvenientes, quizá el principal, con que se topa el Iberdrola es la escasez de notables tripulantes españoles en el mercado. Los mejores ya están comprometidos. Son los casos de Joan Vila y Jordi Calafat, en el suizo Alinghi, defensor del título; Rafa Trujillo, plata en Atenas 2004, en el italiano +39, o Iker Martínez, oro en los Juegos griegos, en el Telefónica de la Volvo Ocean Race, la vuelta al mundo con tripulación. En otro equipo de esta prueba, el Brazil One, están enrolados Roberto Bermúdez y Guillermo Altadill.

"Es posible que nos toque recurrir a extranjeros", advierte Doreste, "pero sólo lo haremos si mejoran las prestaciones de los españoles. En cubierta, todos los puestos son importantes, pero los principales son los del patrón, el táctico y el estratega. Hay que buscar a gente muy capacitada porque se requiere mucha concentración y reflejos. Además, todos los equipos, tienen extranjeros. Las tripulaciones son cada vez más cosmopolitas".

Doreste opina que, pese a la presumible ausencia en 2007 del neozelandés Russell Coutts, ganador de las tres últimas ediciones y despedido en 2004 por el Alinghi, la regata se presenta muy competida y abierta. "El nuevo formato, con varias tandas de preparación hasta poco antes del inicio de la prueba, equilibra las fuerzas y limita las sorpresas", prevé; "hay favoritos, como el norteamericano Oracle, con un presupuesto altísimo

[unos 200 millones de euros], pero el rendimiento depende de muchos factores: el diseño del barco, las condiciones climatológicas... Esto no es un circuito de fórmula 1. En la mar pueden pasar miles de cosas".

Luis Doreste posa ante una imagen de una regata, ayer, en el puerto de Valencia.
Luis Doreste posa ante una imagen de una regata, ayer, en el puerto de Valencia.SANTIAGO CARREGUÍ

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