Elecciones bajo el signo de la desconfianza
Los portugueses eligen el próximo día 20 al primer ministro en unos comicios marcados por el descrédito de los líderes políticos
"Nunca ha habido tanta repulsión hacia los políticos. No me acuerdo de percibir tanto descrédito hacia ellos, tanta desconfianza. Nunca he visto tanta gente pensando en votar por exclusión, en contra de uno y no a favor del otro, en blanco o a un pequeño partido, sólo para no votar a Santana o a Sócrates". Portugal vive un momento inédito de desconfianza hacia sus líderes políticos, como dan cuenta estas palabras de uno de los más prestigiados sociólogos del país, António Barreto, publicadas recientemente por el diario Publico. El desaliento es tal, que se ha transformado en el tema central de la campaña electoral para las legislativas anticipadas del 20 de febrero.
Todos los sondeos predicen que José Sócrates, líder socialista recién estrenado en el cargo y ex ministro de Medio Ambiente de António Guterres, será el próximo primer ministro y que incluso puede llegar a conseguir la mayoría absoluta. Sin embargo, su nivel de popularidad no sale de números rojos. Su principal rival, Pedro Santana Lopes, el primer ministro conservador que sucedió a José Manuel Durão Barroso cuando éste aceptó ser presidente de la Comisión Europea, está incluso peor considerado tras cuatro meses en el poder, marcados por una actuación errática y llena de polémicas, que acabó por llevar a la disolución del Parlamento y al adelanto de los comicios.
Los mismos sondeos señalan un número récord de indecisos, en paralelo con un elevado nivel de abstención. En las encuestas más recientes se hace evidente que un gran número de votos se dirigirá a los pequeños partidos, en especial los de la izquierda, pese a los llamamientos del Partido Socialista (PS), de analistas y destacadas figuras de la vida política, de la necesidad de que se forme un Gobierno con mayoría absoluta. Portugal está a punto de elegir su cuarto equipo de Gobierno en los últimos cuatro años. La falta de estabilidad política es considerada "trágica", por la frustración que causa en el electorado y por paralizar al país, acentuando la crisis económica.
Los pecados de Sócrates
Santana Lopes está desgastado por su desastroso desempeño como primer ministro, pero ¿por qué los portugueses desconfían también (y tanto) de Sócrates? "En primer lugar, tiene un nivel de notoriedad poco elevado, porque era un mero ministro de medio ambiente y ya pasó por el Gobierno hace algún tiempo. Después, su mensaje moviliza poco, por ser poco claro ideológicamente y porque falta credibilidad a sus propuestas. Sabemos cuáles son, pero no cómo las concretará. Por último, sus políticas se aproximan mucho a las del PSD
[el conservador Partido Social Demócrata de Santana Lopes]", explica el politólogo André Freire. Cuatro de cada tres electores piensan que, "en el fondo, todos los políticos son iguales" y una mayoría está convencida de que el resultado de las elecciones no hace gran diferencia. En un sondeo de 2002, en vísperas de las legislativas anteriores, la mayoría tenía esperanza en que se produjesen cambios positivos.
El mal estado de la economía, "la huida de Guterres, el abandono de Barroso y la falta de condimento de Santana" acabaron por agudizar "la degradación de la vida política", explica Barreto. André Freire destaca que "el nivel de indecisos ante estas elecciones es el más alto jamás registrado", resultado del abandono, en medio de sus respectivos mandatos, de los últimos gobernantes elegidos, pero también por el "incumplimiento sistemático de los compromisos asumidos en campaña electoral".
Este sociólogo comparte la idea de que es esencial dar estabilidad política al país, pero matiza que "no tiene que ser necesariamente conseguida a través de un Gobierno de mayoría absoluta de un partido". Ante el descrédito de los dos líderes y el aumento de la abstención, es probable que algún pequeño partido acabe por tener un papel clave, tal vez como partido bisagra. Aunque en el caso de la izquierda, ni los comunistas ni los líderes de la coalición Bloque de Izquierdas están dispuestos a hacer muchas concesiones para formar Gobierno con el PS de Sócrates, porque consideran que defiende "una política de derechas".
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