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Rice quiere "abrir un nuevo capítulo" en las relaciones con Europa

La secretaria de Estado de EE UU hace un canto a la libertad en su discurso de París

La secretaria de Estado de EE UU, Condoleezza Rice, impartió ayer en París una lección sobre la libertad como principio organizador del mundo del siglo XXI. Su esperado discurso, que debía ser la "referencia" de la política exterior del segundo mandato de Bush, rozó el lirismo y transmitió una gran tensión emocional, pero adoleció de falta de contenido más allá de la llamada a reforzar el vínculo transatlántico y superar los profundos desacuerdos en torno a Irak.

"Es tiempo de abrir una nuevo capítulo entre nuestras relaciones y en nuestra alianza", dijo Rice en el Instituto de Ciencias Políticas, antes de asegurar que EE UU tiene necesidad de una "Europa fuerte". "La historia nos juzgará no por nuestros viejos desacuerdos, sino por nuestras nuevas realizaciones", añadió.

La jefa de la diplomacia norteamericana llegó a París procedente de Roma, donde se había reunido con el ministro italiano de Exteriores, Gianfranco Fini y con el secretario de Estado del Vaticano Angelo Sodano. Tras pronunciar su discurso se entrevistó en el Elíseo con el presidente francés, Jacques Chirac, y después con el titular de Exteriores Michel Barnier para preparar el encuentro entre los jefes de Estado francés y norteamericano, del próximo día 21 en Bruselas.

Francia, el mal alumno al que, según Rice, había que "castigar" cuando se erigió en portaestandarte de la oposición a la guerra de Irak, se transformó ayer en el aliado por excelencia con el que EE UU ha compartido los mismos valores desde que hace más de dos siglos ambos países dinamitaron el antiguo régimen. En un discurso que bien podría etiquetarse de marxista, en cuanto que para la secretaria de Estado la historia sólo tiene un sentido, el de la libertad, Rice repitió en clave de política internacional la esencia del pronunciado por Bush en su reciente investidura. "Estamos en el lado bueno de la línea divisoria de la libertad", dijo.

Tras reivindicar, primero, el derecho de injerencia, asegurando que "el comportamiento interior de un país afecta al exterior", y después "el poder de las ideas, de la pasión y de la esperanza", Rice hizo un llamamiento para que Europa se involucre junto a EE UU en la construcción de un futuro idílico cuyos "principios" sean "la libertad, la paz y la prosperidad". "Nuestra relación será todavía más fuerte si la ponemos al servicio de quienes piden libertad para sus pueblos", añadió, "debemos unir nuestros esfuerzos ahora que el mundo se halla en un momento de cambio sin precedentes".

Rice reivindicó varias veces los éxitos de los últimos meses; desde las revoluciones pacíficas de Georgia y Ucrania, hasta los procesos electorales de Afganistán e Irak, poniéndolos como ejemplo de cómo se movilizan las sociedades cuando pueden votar para conseguir la libertad. La democracia y la libertad son "un viento" que sopla a favor y empuja a las sociedades de todo el mundo. Pero hay que ayudar a que se imponga: "La Historia no transcurre por si sola", dijo, "la hacen los hombres", añadió.

Las tensiones en el mundo árabe dominaron una parte del discurso y también de las cuestiones que le plantearon después alumnos y profesores del Instituto. "La naturaleza de la relación política en Oriente Próximo y el norte de África está cambiado. Los ciudadanos pueden expresarse y actuar juntos como no habían podido hacerlo antes", dijo Rice, aunque en su opinión "el pueblo árabe merece un futuro mejor que el que vislumbra en estos momentos, su situación es inaceptable".

Los jefes de las diplomacias de EE UU y Francia comparecieron ante los medios de comunicación a última hora de la tarde y ambos insistieron en la necesidad de "pasar página" y "colaborar en el futuro". Rice recordó que Francia fue el "primer aliado" que tuvo EE UU y Barnier brindó por "comenzar de nuevo". La secretaria de Estado agradeció los "esfuerzos" que Europa está haciendo para convencer a Irán de que abandone su programa nuclear, pero insistió en que este no es el único camino, sino que Washington dispone de "numerosas herramientas diplomáticas".

Condoleezza Rice y Jacques Chirac, durante su encuentro en el palacio del Elíseo, de París.
Condoleezza Rice y Jacques Chirac, durante su encuentro en el palacio del Elíseo, de París.EFE

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