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Entrevista:SANT SINGH | Regularizado en Barcelona | EL PROCESO DE REGULARIZACIÓN

"Soy previsor, por eso he venido el primer día"

Miquel Noguer

Hasta cuatro funcionarios tuvo a su entera disposición Sant Singh para hacer entrega, a las cinco de la tarde de ayer, de los tres documentos que le abrirán las puertas de su regularización. Este barcelonés de origen hindú y con 30 años recién cumplidos veía así más cerca que nunca su meta de trabajar "sin tener que esconderme". En una oficina de la avenida Paral·lel con más funcionarios que inmigrantes, Sant Singh estuvo acompañado en todo momento del apoderado de la empresa por la que trabaja, Murli Harjani, también de origen hindú pero con 30 años de residencia en España.

Llegó a la oficina dos horas después de su apertura. "Soy previsor, por eso he venido el primer día", dijo al ser preguntado por qué tanta puntualidad. Y, sin espera alguna, comenzó a sacar los documentos requeridos. Llevaba días, seguramente meses, esperando este momento: se le notaba en la cara.

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Cada documento que entregaba era objeto de una sonrisa de satisfacción. ¿El certificado de empadronamiento? "No hay problema, fui al Ayuntamiento hace ya más de un año y medio", explicó Singh. ¿Oferta de empleo? "La tengo, y con contrato indefinido", dijo antes de entregar el documento acreditativo. ¿Certificado de antecedentes penales? "Nada de nada" respondió su compañero.

Con todo el papeleo hecho, Sant Singh irá hoy a trabajar como cualquier otro día. Y es que este inmigrante hindú es el prototipo de extranjero que el Gobierno buscaba legalizar en esta regularización extraordinaria: personas que ya llevaban un tiempo en España y que, de una u otra forma, ya estaban trabajando. Singh llegó a Barcelona hace tres años y medio y apenas un año más tarde comenzó a trabajar para la empresa que ahora lo ha contratado de forma indefinida. Trabaja como mozo de almacén de una pequeña compañía dedicada a la importación de objetos de plástico para bazares y tiendas de utensilios para el hogar. El propietario es un empresario holandés de quien afirma: "Siempre me ha tenido confianza, pese a no tener los papeles en regla". De la etapa en que ha trabajado sin documentos no tiene queja, pero sí unas enormes ganas de dejarla atrás, pues ya no tendrá que pasarse la vida escuchando rumores de regularizaciones que nunca parecían llegar.

El apoderado de su empresa le recordaba ayer, no sin cierta ironía, las veces que tuvo que quitarle de la cabeza la idea de irse a Málaga, Madrid o Valencia cada vez que afloraban rumores de una supuesta regularización en alguna de estas ciudades. "Yo siempre le decía lo mismo: aquí la ley es igual para todos, no van a regularizar a los de Málaga y a ti dejarte como estás. Por suerte me hizo caso y tuvo paciencia", explicaba ayer Jarjani.

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Los documentos entregados ayer en la oficina de la Seguridad Social le permitirán a Sant Singh comenzar a pensar en reunirse de nuevo con su mujer y su hijo de cinco años, que siguen viviendo en el norte de la India. También se sabe afortunado por el hecho de disfrutar de un contrato indefinido, algo que le ayuda a hacer otros proyectos a medio plazo.

Sant Singh junto al apoderado de su empresa, Murli Harjani, ayer.
Sant Singh junto al apoderado de su empresa, Murli Harjani, ayer.SUSANNA SÁEZ

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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