La propuesta de Clos cifra la inversión en vivienda en 75 millones

El alcalde de Barcelona, Joan Clos, ha cuantificado la intervención necesaria en el barrio del Carmel, que desde hace dos semanas vive una situación de emergencia tras el hundimiento del túnel del metro, en 235 millones de euros. Clos firmó ayer un decreto instando a la Generalitat a que la zona del Carmel y su entorno sea declarada Área Extraordinaria de Rehabilitación Integral y que el perímetro del hundimiento sea una Zona de Actuación Especial.

Esta declaración comporta inversiones especiales tanto de la Generalitat como del Estado. El pasado sábado fue el presidente del Gobierno catalán, Pasqual Maragall, quien se refirió a la necesidad de dotar al barrio del Carmel de ayudas extraordinarias, y adelantó que la Administración central aportará fondos. Una ayuda que se ha concretado en el 50% del coste, según precisaron ayer fuentes de Política Territorial.

Ayer fue el alcalde de la ciudad el que puso cifras a los grandes capítulos de intervención en el barrio basándose en una distinción de lo que es la denominada zona cero, el perímetro formado por las calles de Llobregòs, Ramon Rocafull, Bernat Bransi y Pantà de Tremp, la más próxima al hundimiento. Se trata de un rectángulo formado por 88 edificios diseminados en un diámetro de 100 metros, muchos de ellos encima de la longitud del túnel de maniobra, de unos 130 metros de largo. El resto de la intervención es para la totalidad del barrio del Carmel y de sus entornos: la Taxonera, el barrio de la Clota, Font d'En Fargas y el Turó del Coll. "Si introducimos en el programa de rehabilitación el entorno es porque son actuaciones que ahora tienen que ir ligadas porque el Ayuntamiento no puede abordarlas por separado después de lo ocurrido en el Carmel", precisó el alcalde al ser preguntado sobre si la urgencia en la intervención del Carmel no es una "excusa" para otras actuaciones.

Según la previsión presupuestaria presentada ayer, al realojamiento y nueva vivienda de las personas que se han quedado sin sus casas -12 familias en la finca derruida la semana pasada y otras 19 en los otros tres inmuebles que serán demolidos cuando concluya la inyección del hormigón- se destinarían 35 millones de euros. La rehabilitación del conjunto de edificios de la zona cero se cuantifica en otros nueve millones de euros. En ambos casos, esas partidas corresponden a la Generalitat, ya que es la Administración que ejecuta la obra del metro y la que debe afrontar todas las consecuencias del hundimiento.

La rehabilitación del parque de viviendas del resto del barrio -más de 19.000- se calcula en torno a unos 31 millones de euros. En este caso, con las ayudas se sufragaría el 100% de los daños estructurales, el 50% en los elementos comunes de los edificios y el 25% de los interiores de las viviendas. El otro gran capítulo del programa de intervención del área es la reforma urbana con la mejora del espacio público, la urbanización y los equipamientos. La previsión presupuestaria para este apartado es de 90 millones de euros, el 20% de los cuales serían aportados por el consistorio. Algunos de los proyectos son, entre otros, la nueva urbanización de varias calles -Llobregós, Fastenrath, Mare de Déu del Coll, Agudells-, la instalación de cuatro tramos de escaleras mecánicas para salvar las pronunciadas pendientes en varias calles, la reforma de la Rambla del Carmel,la construcción de aparcamientos y la creación de una zona verde. Algunas de esas actuaciones estaban descritas en la propuesta que hizo el consistorio el año pasado para que el Carmel fuera uno de los barrios que se acogiera a la Ley de Mejora de Barrios de la Generalitat. Ese barrio de Horta-Guinardó se quedó excluido de las ayudas después de que la comisión de evaluación de las propuestas escogiera el barrio de Roquetes y Santa Caterina entre los ocho presentados por el consistorio.

De los 235 millones de euros propuestos, el consistorio aportaría cerca de 49 millones. El plan de ejecución se describe en dos fases, una primera en cuatro años y una segunda con un plazo de ocho.