Una salida a la "clandestinidad"
"Cuando llegue a Marruecos, lo primero que voy a hacer es darle un abrazo a mi mujer y subirla hasta el cielo". Ahmed Sobhi es marroquí. Desde que llegó a España hace cuatro años no ha visto ni a su esposa ni a sus dos hijos pequeños. La solicitud de Ahmed para normalizar su situación fue admitida ayer en Córdoba. Dentro de un mes, dejará de ser un inmigrante sin papeles.
Ahmed, de 42 años, acompañó ayer a Antonio Reyes Castro, el empresario de Espejo (Córdoba) que ha cursado su solicitud para la normalización de su situación laboral. Aunque fueron de los primeros en llegar hasta la oficina, tuvieron que pasar cerca de dos horas hasta que pudieron salir con la solicitud sellada. No traían el contrato de trabajo cumplimentado. Lo rellenaron y Ahmed salió con una sonrisa de la oficina de Hacienda encargada de tramitar las solicitudes.
Ahmed llegó hace cuatro años a España. Lo hizo dentro de un camión, "de forma clandestina". En este tiempo, ha estado trabajando en labores agrícolas sin poder regresar a su país. El primer año, conoció a Antonio Reyes, con quien estuvo trabajando en la campaña de la aceituna. Los años pasaron, y Ahmed seguía volviendo a Espejo cuando se necesitaba gente para el olivar. Antonio y Ahmed firmaron ayer un contrato de trabajo de tres meses.
El Gobierno estima que unas 3.000 personas regularizarán su situación en Córdoba. Los funcionarios no esperan grandes aglomeraciones. En las dos primeras horas de plazo apenas una decena de personas se acercó a solicitar información o a presentar los papeles necesarios. Sólo dos empresarios consiguieron su propósito.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.