Zapatero asegura que no le mueve ninguna táctica en la decisión de adelantar el referéndum

No hay estrategia interesada ni táctica política en la decisión de permitir que, en contra del criterio del PP, el Congreso debatiera el plan Ibarretxe. Tampoco en la determinación de que España sea el primer país en convocar un referéndum sobre la Constitución europea. Detrás de ambas decisiones hay "valores, principios e ideales, y cuando no se aplican, sino que se actúa por políticas de corto plazo, la gente se da cuenta", advirtió ayer José Luis Rodríguez Zapatero.

El líder del PSOE y presidente del Gobierno hizo en Albacete esta reflexión para desmentir a quienes ven detrás de su forma de afrontar el plan Ibarretxe y el referéndum europeo un interés partidista inmediato e incluso un plebiscito para refrendar su victoria del 14 de marzo de 2004. El referéndum se ha convocado "en tiempo y forma" y con la aprobación de todas las fuerzas políticas, recordó Zapatero.

"Algunos dicen que por qué lo hemos convocado tan pronto", comenzó. De inmediato, y ante unas 2.000 personas en un polideportivo de esta ciudad manchega, proclamó que, en efecto, tenía la ilusión y el orgullo de intentar que "los españoles por primera vez en la historia puedan decir sí a Europa los primeros". "No hay estrategia ni táctica" ni en esto ni en el debate del plan Ibarretxe. Una y otra vez repitió el estribillo "ni táctica ni estrategia", sin duda recordando el título del poema de Mario Benedetti. "¿Cuál es la táctica del Gobierno para debatir el plan Ibarretxe?". Según el presidente, ni una cosa ni otra, sino "democracia" ya que el plan secesionista se debatió, se votó y se rechazó.

Éste fue el hilo conductor de un mitin en el que trató de convencer de que no le mueve ni en la política vasca que piensa desarrollar ni en la convocatoria de este referéndum algo diferente "a principios, valores e ideales; ya que cuando se aplica táctica y estrategia a corto plazo, la gente se da cuenta".

A partir de ahí, Zapatero hizo de propagandista del futuro Tratado europeo tal y como momentos antes habían hecho Matilde Valentín, responsable de políticas sociales del PSOE, y el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda. Este último advirtió a quienes de buena fe vayan a votar no, para que piensen en las consecuencias. "Quienes gestionarán ese rechazo serán los que no quieren Europa y no los que quieren más Europa". El propio presidente del Gobierno reconoció que esta Constitución, como ha ocurrido a lo largo de la historia en todos los tratados importantes, no puede satisfacer por completo a todos.

Unos, dijo, pensarán que es demasiado de derechas, y otros, que está demasiado escorada a la izquierda. "Ésa es su grandeza, caben derechas e izquierdas, pero todos unidos bajo una bandera que une a todas las banderas", proclamó. Además de las consideraciones generales, Zapatero dedicó un buen rato a divulgar algunos de los aspectos de este Tratado, tal y como irá haciendo cada día. Eso sí, eximió a los ciudadanos de aprenderse los artículos, ya que, a su juicio, lo importante es que la sociedad sepa los valores y el proyecto que encierra este Tratado. Nadie podrá ser discriminado por razón de raza, religión, ideología u orientación sexual, dijo Zapatero, además de reseñar "la orientación humanista" del Tratado por el que necesariamente los países europeos ayudarán especialmente a los que más sufren. En ese contexto recordó a los 227 inmigrantes que ayer llegaron en un barco a aguas canarias. "Son seres humanos traídos por gentes sin escrúpulos; desde luego, tienen que venir legalmente pero no podemos olvidar, ante todo, que son seres humanos", afirmó.

Con esta Constitución, añadió, los españoles deben saber que todos los países europeos están unidos en la lucha contra el terrorismo, y que con ella el continente realizará una política única de paz y seguridad, siempre con el afán de evitar las guerras. "Es una Constitución para 450 millones de europeos que no quieren repetir nunca las dos guerras mundiales que dejaron 65 millones de muertos".