Camps ve en la Constitución Europea el marco favorable para seguir con la reivindicación del agua
Para el presidente, decir sí al Tratado es decir no "a los que no creen en España"
El presidente regional del PP, Francisco Camps, participó ayer en Castellón en un acto de campaña a favor del sí a la Constitución Europea en el que valencianizó el texto del tratado y explicó los beneficios, según su consideración, que su aprobación tendrá para la Comunidad Valenciana. El presidente del Consell mantuvo que la constitución "habla en valenciano" porque crea un marco favorable para continuar reivindicando a Europa el agua que necesita la Comunidad Valenciana, tal como indica el díptico de campaña del PP valenciano.
"Es la garantía de que el fascismo y el comunismo no volverán", aseguró
El reflejo de la legitimidad del trasvase se encuentra, según sostuvo ayer el presidente Francisco Camps, en la referencia a la solidaridad. "La constitución dice sí al agua", señaló y expuso hasta diez motivos por los que los ciudadanos deberían otorgar su apoyo al texto comunitario.
El respeto por la diversidad histórica y las singularidades culturales y lingüísticas fueron otras de las razones expuestas por el también presidente de la Generalitat valenciana.
"Tenemos que decir que sí porque esta es la Constitución de la unión en la diversidad y consagra el respeto a la diversidad histórica, cultural y lingüística de los diferentes países y regiones", dijo.
Según Camps, esta constitución reconoce al turismo como instrumento de prosperidad, habla de solidaridad entre regiones, de infraestructuras, de comercio libre y de la integración de los inmigrantes, entre otros.
La intervención de Francisco Camps ante un grupo de jóvenes, se fijó especialmente en los derechos y libertades fundamentales de la persona que garantizará la Constitución Europea, "algo que nos llevará a tener más libertad y más seguridad", según dijo, y en la defensa de ésta como defensa de la propia España porque, tal como indicó, decir sí al tratado es "decir no a los que no creen en España, ya que los que no creen en España, en nuestro país, dicen no a la Constitución Europea". Además argumentó que el apoyo al texto comunitario servirá para desbancar "proyectos totalitarios que se reprodujeron en el siglo XX y que todavía escuchamos en los discursos de algunos políticos en la España actual". "Es la garantía de que el fascismo y el comunismo no volverán a nuestro continente", añadió. "En España hay un proyecto político que va a decir que no a la Constitución Europea y que son aquellos que siguen defendiendo proyectos políticos en donde la libertad y la democracia no es entendida como nosotros la entendemos", señaló.
La ambigüedad de Herrero
El acto de campaña del PP en Castellón contó con la participación del eurodiputado popular Luis Herrero, quien gastó más energía y tiempo en explicar los motivos que pueden llevar al voto negativo para la Constitución europea que al afirmativo. Herrero sólo dejó de justificar un no, el de aquellos que opten por esta posición "por el único motivo de darle por salva sea la parte a Zapatero". "Es más importante Europa y España que Zapatero", añadió. Entre otras razones para votar no, Luis Herrero expuso que se trata, según dijo, de un referéndum "hecho de forma clandestina". Una consulta, tal como la calificó, de "extemporánea y absurda" convocada por un Gobierno, el del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, que "mira a los ciudadanos como si fueran súbditos". Luis Herrero, quien dijo que todo posicionamiento respecto al tratado es "legítimo y razonable", sostuvo que el texto es "imperfecto" y alegó, entre otras cosas, que "no termina de definir suficientemente la referencia a la raíz cristiana de la historia de Europa" y que hubieran querido "una definición más clara de lo que es el matrimonio, para cerrar la puerta a matrimonios de homosexuales". Según Herrero, la Constitución Europea "consagra un peso para España en las decisiones el Consejo de Ministros que es menor que el que había conseguido José María Aznar".
Como aspectos positivos, al final de su intervención, señaló que el tratado "aporta mucho más que resta" y, por primera vez, "abre la puerta a la configuración de los valores y defiende el derecho de la dignidad del hombre, anteponiendo los derechos de los ciudadanos a los derechos de los estados".
