La reforma laboral
Empezamos a conocer los primeros indicadores económicos de 2005 y, de momento, los datos en su conjunto no son malos. El avance del IPC de enero mostró una disminución de la inflación anual de un par de décimas, al 3,1%, cuando las previsiones eran que aumentara. Las ventas de automóviles y de vehículos de carga (gráfico izquierdo) también han registrado crecimientos importantes, aunque habría que conocer qué parte de las mismas es de producción nacional (lo verdaderamente importante, pues es lo que crea valor añadido, es decir, empleo y rentas) y qué parte es importada. Los indicadores de clima industrial y de confianza de los consumidores también mejoran ligeramente.
Los datos del paro registrado y la afiliación a la Seguridad Social han sido presentados como malos, pero ello es más aparente que real, pues hay que tener en cuenta la fuerte estacionalidad negativa que afecta al mes de enero. El aumento de 53.552 parados se reduce a 700 en términos desestacionalizados (gráfico central) y la disminución de los afiliados en 26.253 se convierte en un aumento de unos 26.500 en iguales términos. Hay que tener en cuenta, por otra parte, que las cifras que se difunden son los registros en el último día del mes, que se ven afectados por incidencias tales como el día de la semana en que caiga el final del mes o si el funcionario encargado de poner al día los registros ha cogido la gripe ese día y no ha podido hacer su trabajo. Estas estadísticas tienen un gran impacto social y económico y su publicación y presentación debiera ser más profesional. Los datos más significativos son las medias diarias y no los de un día en concreto, y su difusión debería hacerse también en términos desestacionalizados. Así, si se toman los datos medios diarios, la afiliación en enero aumenta un 3,3% respecto a igual mes del año anterior, tasa que mejora la de los meses precedentes, es decir, que indica que la tendencia alcista de la afiliación se acelera (gráfico derecho). En cambio, con el dato del último día del mes, esta tasa es del 2,8%, inferior en varias décimas a la de los meses precedentes, lo que, equivocadamente, estaría indicando que la afiliación va a menos.
Hay que acabar con la alta tasa de temporalidad laboral, lo que requiere reducir el coste del despido
Pero, quizá lo más importante en la semana ha sido la noticia de que los sindicatos, la patronal y el Gobierno retomaban el diálogo social. Uno de los temas del mismo va a ser la reforma laboral. Desde luego, este tema es crucial y urgente si queremos seguir creando empleo, elevar la productividad de la economía y no seguir perdiendo competitividad internacional. Hay que acabar con la segmentación (alta tasa de temporalidad) del mercado laboral, lo que requiere reducir el coste del despido y, sobre todo, simplificar los largos, inseguros y costosos procedimientos del mismo. Igualmente, no tiene sentido la autorización administrativa previa y la excesiva judicialización de los despidos de carácter económico. La negociación colectiva debe de hacerse mucho más libre y pasar a considerarse un contrato entre partes, con vigencia limitada en el tiempo, y no una norma jurídica con efectos generales e indefinidos. Esto no tiene nada que ver con el neoliberalismo o el neoconservadurismo, sino que a la larga será una fuente de progreso, especialmente para los asalariados. Junto a todo ello, debe estimularse al máximo la inversión de las empresas en la formación de sus trabajadores. Son reformas muy importantes que hay que encarar con las mentes abiertas y pensando en el bienestar de las generaciones más jóvenes.
Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).
