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TOMATE | LAS PÉRDIDAS DEL CAMPO ANDALUZ

"Aquí no cubren nada"

La heladas sufridas en la provincia de Almería con la ola de frío no han afectado a los cultivos de Juan Sánchez, un agricultor con 35 años de experiencia. Sánchez salvó sus 3,5 hectáreas de tomate en La Cañada de San Urbano porque esa noche no durmió. "Me fui a las doce de la noche y puse el motor a regar por abajo a unos 15 o 18 grados y le metí aire al invernadero por arriba con un compresor que tengo. Con eso pude subir la temperatura del invernadero un grado y dejarlo a 2º C antes de marcharme sobre las cuatro de la madrugada. Por supuesto, tuve las puertas cerradas, esas precauciones hay que tomarlas", dice.

Ni corto ni perezoso, el empresario agrícola aplicó al día siguiente abono foliar a las hojas de los tomates "para ayudar a la savia a reactivarse antes". Es la segunda vez, en 20 años, que Sánchez sale indemne de una helada como esta. No olvida la primera, un 15 de enero de 1985. "Ahí también salvé los tomates porque estuve toda la noche regando. A todos mis vecinos se les helaron. Se trata de preverlo todo y de estar encima", sentencia.

Él, como otros cientos de agricultores almerienses, carece de seguro para sus cultivos. "Las pólizas de seguro no cubren nada y es una auténtica vergüenza. En Murcia y en Canarias sí cubren las heladas, pero aquí no. En Almería sólo cubre el 80% de la estructura del invernadero en caso de un remolino de viento, pedrisco o granizo", mantiene. Juan Sánchez razonó porqué existe un se 5% de asegurados. "Esos están asegurados porque tienen préstamos de la Junta y se los exigen, igual que cuando te compras una casa y pides una hipoteca", concluye.

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