Chaves, estadista en Centroamérica

La derecha andaluza tiende a calificar de turísticos los viajes del presidente de la Junta al exterior, especialmente, cuando cruza el Atlántico, una afirmación que cualquiera de los periodistas que hayan acompañado a Manuel Chaves en sus salidas puede poner en cuestión. Normalmente sus agendas de trabajo están cargadas de actividades, sin apenas tramos horarios libres, como si hubiera que estar siempre en movimiento para combatir la crítica tosca de que se ha tomado unos días de vacaciones. Chaves y su entorno son especialmente alérgicos a los escenarios asociados al turismo, aunque hay veces que no pueden evitar pisarlos. Si te subes a un transporte llamado tren Tequila, lo normal es que te hagan una foto con los mariachis que amenizan el trayecto desde Guadalajara (México).

Chaves suele viajar acompañado por muy pocas personas y sólo cuando la gira comprende más de un país la delegación es más numerosa, como en esta ocasión a Centroamérica en la que hay 13 personas de la Junta. Su mujer, Antonia Iborra, casi nunca comparte pasaje con él, algo que resulta normal y lógico en España pero que en América Latina sí tiene sentido por el papel institucional que tienen las esposas de los presidentes, por lo que ante su ausencia los periodistas que viajan con él (habitualmente el coste de los transportes corre a cargo de la Junta) apodan "primera dama" al consejero de la Presidencia, Gaspar Zarrías.

Los viajes del jefe del Gobierno andaluz, de los que siempre ha informado al Parlamento al finalizar, han cobrado mayor dimensión política desde que hace cinco años es presidente federal del PSOE, una circunstancia puesta de relieve tanto cuando este partido estaba en la oposición como ahora en el poder.

Algunos de los dignatarios con los que se ha entrevistado han aprovechado para marcar distancias con el Gobierno del PP como ocurrió hace ocho años en un encuentro con Fidel Castro en el que éste reconoció que prefería ver a Aznar "en la oposición". El Gobierno marroquí, especialmente tras la retirada de embajadores por el conflicto del islote Perejil, recibió a Chaves en su última visita con los brazos abiertos y lo proclamó, con el PP en la Moncloa, como "el mejor amigo de Marruecos", país que figura en primer lugar de la cooperación andaluza.

Chaves siempre ha coordinado todas sus salidas fuera de España con el Ministerio de Asuntos Exteriores convencido de que como presidente de una comunidad autónoma también es representante del Estado, como reconoció días atrás. "Vengo a hacer Andalucía, pero también vengo a hacer España", dijo. Con el PP no siempre ha podido asumir el papel de estadista, algo que no ha ocurrido en su gira centroamericana a la que puso fin ayer. El presidente andaluz ha ejercido como embajador del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en Honduras y El Salvador, en donde fue recibido por los presidentes Maduro y Saca, a los que trasladó un mensaje de la Casa Real para que participen en la Cumbre Iberoamericana que se celebrará a finales de año en Salamanca, y también en Cuba, en donde Chaves, al cierre de esta edición, tenía previsto mantener una reunión con Fidel Castro. Los dos primeros encuentros estaban previstos en la agenda oficial, el segundo sólo era "probable y posible". Este encuentro era el que despertaba mayor expectación ya que como el propio presidente de la Junta admitió se trataba la primera vez que un "dignatario europeo de cierto nivel" pisaba la isla tras la resolución de la UE.

El viaje de Chaves a Centroamérica ha estado centrado en los aspectos de la cooperación andaluza en la zona. De todas las comunidades españolas, la de Andalucía es la que mayores fondos destina a este fin, bajo la fórmula de acuerdos de entendimientos a proyectos concretos y condicionados que impiden que el dinero se evapore en otros asuntos. Pero a la par la gira ha tenido un fuerte componente político. Chaves ha sido el primer presidente de una comunidad autónoma española que ha participado en una cumbre de presidentes centroamericanos, un foro en el que trasladó el apoyo del Gobierno de España al inicio "cuanto antes" de las negociaciones del acuerdo de asociación de los países del istmo con la UE y al que pidió el apoyo para la candidatura de Madrid como sede de los Juegos Olímpicos de 2012.

En la primavera próxima el presidente andaluz tiene previsto realizar su séptima visita oficial a Marruecos, un viaje que el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, considera "clave" para reforzar los lazos de unión con el país fronterizo después de la estancia de los Reyes.