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Tribuna:
Tribuna
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La negociación sindical en Osakidetza

En el proceso negociador de las condiciones laborales del personal de Osakidetza que se está desarrollando actualmente, creo que es conveniente realizar algunos comentarios a los diferentes argumentos y situaciones que se están presentando, para general valoración de los ciudadanos y reflexión de los protagonistas.

1.- Dicen los médicos que el problema no es de dinero, sino de organización y funcionamiento generales del sistema. Sin embargo, la mesa sectorial está concebida para negociar sobre las condiciones laborales, no para hablar de política, algo que corresponde al Gobierno y al Parlamento, que son quienes marcan las directrices de Osakidetza. Por tanto, difícilmente se podrá alcanzar un acuerdo sindical si de lo que quieren hablar es de cosas ajenas a este ámbito, porque, por muy cualificados que estén los médicos y sin perjuicio de que se escuchen sus aportaciones, en ninguna empresa son los trabajadores quienes deciden las líneas políticas y estratégicas de la misma.

La oferta presentada por Osakidetza tiene condiciones objetivas para que, al menos, acaben las medidas de presión
La mesa sectorial está concebida para negociar sobre las condiciones laborales, no para hablar de política

Por otra parte, lo que reivindicarían en ese caso no sería dinero, algo que de todo punto comprensible. Pero hay que recordar que el conflicto se suscitó por la consideración y el pago de las guardias y por una presunta pérdida de poder adquisitivo de los médicos. Con respecto a las guardias, Osakidetza las reconoce como horas trabajadas y ofrece aumentar su retribución en una media del 20%. Por lo que se refiere a la pérdida de nivel adquisitivo, en los últimos diez años las subidas salariales han crecido más que la inflación y para 2005 se ofrece un aumento del 3% más un 1% para el fondo de previsión social.

2.- Acusan de falta de inversiones. Osakidetza ha invertido en los últimos diez años más de 100.000 millones de las antiguas pesetas en edificios, equipamientos y aparataje, y tiene previsto sólo para este año otros 10.000 millones de pesetas más. No creo que se le pueda achacar una falta de inversiones. Otra cosa es que haya quien piense que, a río revuelto, todo vale.

3.- Escenario previsto ante el rechazo de los sindicatos a la oferta que ha presentado Osakidetza. La oferta que ha presentado Osakidetza es buena, responde a la mayoría de las peticiones de los sindicatos y, además, deja abiertas las puertas a seguir abordando con carácter permanente otros aspectos. En ese marco, los representantes sindicales deberían madurar sus respectivas posturas, porque, con 80 millones de euros adicionales puestos sobre la mesa, es para pensárselo. Otra cosa es que haya por debajo intereses políticos no confesados. Si fuera así, la negociación sindical no tiene nada que hacer. Es más, se agradecería que se presentaran en su propio ámbito.

4.- Convocatoria de huelga, optimización e intento de movilizar a la atención primaria. En un proceso negociador abierto, con importantes movimientos por parte de Osakidetza, la convocatoria de huelga, siendo legítima, no tiene ningún sentido. Por lo que respecta a la optimización, si la misma supone perjuicios para los pacientes, se califica por sí misma. Y, con carácter general, la adopción de medidas de presión cuando Osakidetza ha demostrado su firme voluntad de resolver el conflicto sólo se entiende por un afán de llevar al límite la negociación sin tener para nada en cuenta las posibilidades de este país. Siendo claros, cualquier servicio sanitario público del Estado firmaría el acuerdo que Osakidetza está proponiendo. De hecho, son ya varios los que lo han hecho con condiciones inferiores.

5.- ¿Se está dando un deterioro generalizado de nuestra sanidad? Rotundamente, no. Nuestra sanidad sigue siendo tan buena o más que antes, lo que no quiere decir que no haya áreas de mejora que abordar. Pero lo que sí hay es un caldo de cultivo propicio para una crítica en la que se amontonan y mezclan argumentos en una postura del todo vale que, desde nuestro punto de vista, es profundamente inapropiada para resolver esta situación de conflicto.

Creo que toca mover ficha a los sindicatos. Deben hacer una reflexión sobre su responsabilidad en este tema y reconducir su postura, porque Osakidetza, con el apoyo más absoluto del Gobierno vasco, ha puesto sobre la mesa argumentos más que suficientes para facilitar un giro drástico de la situación. Por tanto, el acuerdo debe ser posible.

En ese sentido, confío en que todo esto lleve a los representantes sindicales a aceptar lo que es a todas luces evidente: que la plataforma presentada por Osakidetza ofrece condiciones objetivas para que, al menos, acaben las medidas de presión. Por el bien de los pacientes, de los trabajadores y, en definitiva, del conjunto de nuestro sistema sanitario.

Gema González de Txabarri es responsable de Sanidad del PNV.

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