Informe PISA

El informe PISA ha desasosegado a los responsables de nuestro sistema educativo y no les falta razón: que nuestros adolescentes estén a la cola -en matemáticas, ciencia y lectura, en los lugares 23, 24 y 22, respectivamente- de los países de la OCDE, no es una buena noticia y no ha sido el mejor regalo de Reyes.

Un análisis más detenido y, sobre todo, la valoración que hace el máximo responsable del mencionado informe denota que el tema se encuentra lejos de una solución satisfactoria, incluso en los países más bien situados en el ranking de resultados. Andreas Schleicher expresa el deseo de ir más allá de saber "matemáticas" -o cualquier otro contenido curricular-, añadiendo la necesidad de: "reconocer y resolver conflictos, asumir responsabilidades, trabajar con grupos heterogéneos"... y detectar "la disposición de los alumnos hacia los valores...". Y si esto no fuera lo suficiente, añade Schleicher que la solución a los retos planteados "no es un problema de competencias cognitivas, sino de activación de los conocimientos y de las capacidades, así como la disposición -del alumnado- por resolver cualquier problema, reto o dificultad con la que se encuentre"...-. Y, finalmente y por encima de todo, el éxito de la educación Schleicher lo sitúa "en la capacidad y motivación para aprender a lo largo de toda la vida...". Aunque reconoce que "medir esto es muy difícil".

Y mientras esperamos que, en un próximo informe PISA, se pueda medir más allá de los conocimientos, trabajamos por mejorarlos, obviamente.