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Reportaje:ARCO 2005

Barceló en EL PAÍS

Miquel Barceló (Felanitx 1957) ha estado presente en las portadas y conmemoraciones de EL PAÍS en diferentes momentos desde hace veinte años. El stand de este periódico en la presente edición de la feria Arco reúne las obras que el artista mallorquín ha realizado para ilustrar distintos momentos de la publicación, empezando por el trabajo que hizo para la celebración del décimo aniversario hasta su último trabajo para la portada del número 10.000 del diario. El País Semanal dedicará mañana un reportaje a esta colaboración del artista, que ha diseñado también la entrada de Arco 2005.

Como es habitual en el stand de EL PAÍS, se ha encargado el diseño de los trajes de las azafatas a un nuevo valor del diseño español. El nombre de Locking Shocking está asociado a la última hornada de la moda española; y dentro de ella, es una de las firmas más destacadas y con mayor empuje. El tándem creativo y operativo está compuesto por Ana González (Toledo, 1970) y Óscar Benito (Madrid, 1975), y el despegue bajo ese atractivo a la vez que ajeno nombre en inglés se produjo en 1998. Sus primeras aventuras se dirigieron al diseño de complementos, especialmente los bolsos, donde experimentaron hasta que sus propios olfatos los dirigieron hacia la ropa, tanto de mujer como de hombre.

Locking Shocking entró con

fuerza y voz propia, muy pronto, en los círculos de vanguardia de Madrid y Barcelona. La prensa especializada los vio venir y supo valorarlos con gran acierto; en las revistas más punteras, donde el riesgo es parte del acierto (Neo2, Vanidad, H), sus prendas ocuparon editoriales y reportajes; poco después las revistas del estándar comulgaron con sus apuestas. Esto no sucede siempre así en un ambiente cargado de incomprensiones y equívocos.

Ana y Óscar ganaron merecidamente el premio a la mejor colección joven (el término joven no es exacto, y sería mucho más propio decir emergente) con sus propuestas de primavera-verano 2002 en la Pasarela Cibeles, donde actualmente ya desfilan en solitario. En realidad, la carrera de este dúo que comparte vida y creación había comenzado en el salón alternativo Circuit de Barcelona tres años atrás con una primera colección breve pero de título contundente: El teatro de las vanidades. Después se inspiraron en la escultora Louise Bourgeois. Otra colección posterior se llamó Camara oscura (donde obsesivamente modelos y espectadores se sentían observados por cámaras de vigilancia). "Camara oscura no es un espacio físico sino más bien un espacio mental interno. Es la recámara que todos llevamos dentro y que es impenetrable, es una realidad que se muestra al exterior. Hacer visible lo invisible, es como mencionar lo obvio, pero con otro tono de voz", explican.

El filme Lo importante es amar, de Andrezej Zulawski, se convirtió en el motivo (es mejor decir "la motivación") de la siguiente colección. El nombre Naufragio les hizo mostrar en los salones de Cibeles una puesta en escena contundente y opresiva muy en sintonía con los tiempos. En la presentación, un vídeo de creación propia les sumergía en agua, elegantemente vestidos, Ana González y Óscar Benito se hundían en una masa transparente y virtual. ¿Metáfora de la moda actual? Puede ser.

En la última pasarela de Madrid su búsqueda temática les llevó hasta el escritor norteamericano William Seward Burroughs con una dura y efectiva asociación de elementos. Escritores, escultores, videoarte, cine de culto: éstos son los elementos que conforman el universo de Locking Shocking y los que soportan detrás, de manera seguramente inadvertida, el correcto y esmerado trabajo del prêt-à-porter de Locking Shocking.

Es especialmente el vídeo

lo que más se ha convertido para ellos en un mecanismo de vasos comunicantes entre obra e intención, entre inspiración y factura. Si se piensa, es normal: el vídeo es lo que más cerca les queda generacionalmente, desde el videoclip a Viola. La pasada semana Ana y Óscar presentaron en la Real Fábrica de Tapices en Madrid una vídeo-instalación titulada not for three. De factura impecable, la ropa estaba presente (modificándose como si tuviera vida propia), pero era solamente en este caso un elemento más de un universo moral donde coinciden los deseos de la belleza con las preguntas. Colores particulares, siluetas de estructuración libertaria, deconstrucción cuando se necesita, perfume neobarroco que pasa por la superposición y las sombras. Éstas son las claves para buscarles.

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