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Reportaje:ARCO 2005

La cruda realidad

Entre las ruinas del templo de la historia más reciente del arte español se agita un sentimiento de desplazamiento y equivocación realmente esperanzadores. No es algo contradictorio, es mucho más complejo, que podría explicarse con el ejemplo de uno de los trabajos más poderosos y triunfantes que los más conspicuos templos de la contemporaneidad hayan producido. Se trata de la obra de Bruce Nauman Raw Materials (algo así como materiales crudos), que desde hace pocos meses está instalada en la Sala de Turbinas de la Tate Modern, una obra tan hiperbólica y exuberante como sutilmente absorbida por el vacío, y que en su plena desmaterialización le habla al espectador sobre el apego y desapego simultáneos del artista hacia lo comprensible de su obra.

Enseguida el visitante se encuentra en un enorme espacio preconsciente, una sinestesia de signos y sonidos, como si, ciego, se sintiera navegar por el ciberespacio. Falsos silencios y palabras sueltas que se articulan libres con el pegamento de la voz del artista. Afirma Nauman: "La equivocación es la base de cómo muchos de nosotros relatamos nuestras experiencias a los demás, intentamos darle un sentido a lo que el equívoco quiere decir. Lingüistas y psiquiatras utilizan la equivocación como material de sus investigaciones".

En ese contexto, donde no hay ni esculturas ni pinturas, y donde, parafraseando a Warhol, todo el mundo puede tener quince minutos de sufrimiento, recordamos la admonición de Hamlet a Horacio, uno de los lemas preferidos de Freud: "Hay más cosas en el cielo y en la tierra de las que puede soñar tu filosofía".

Así, la palabra crucial para hablar de la astringente -e inconsciente- situación de la actividad artística en nuestro país es "equivocación". ¿Cómo hemos de leer y elucidar, sin moralismos, los materiales crudos que han pincelado un mapa aparentemente caótico y anodino? ¿Existe un nuevo perspectivismo, y por lo tanto una nueva receptividad? ¿Hemos superado esa melancolía tan española de ser "tierra de artistas"? He aquí algunos materiales crudos sacados al azar, que podrían dar al lector una idea de esa alegorización tan primitiva y monológica de la que hablaba Nauman. Para empezar, y sin salir de ese contexto que desde ahora llamaremos raw, la figura del director de la Tate Modern, Vicente Todolí, y su manera de mostrar -a juzgar por su programación y su capacidad para trazar nuevos ejes que rompen la hegemonía anglosajona- su persuasiva distinción pragmática. Lo mismo podríamos decir del director del Macba, Manuel Borja-Villel, quien no sólo ha sido capaz de situar estratégicamente Barcelona en el mapa internacional como una de las ciudades más dinámicas y singulares, sino también de atraer el interés de importantes curadores y directores de acontecimientos artísticos incontestables. Es el caso del alemán Roger Buergel, director de la próxima Documenta de Kassel, o de sus dos predecesores, el nigeriano Okwui Enwezor y la francesa Catherine David. Es justo añadir que incluso los que en su momento se declaraban detractores de Borja-Villel, hoy día son sus más fervientes admiradores, y puede que esto ocurra porque la suya es la figura de un yo matizado, más femenino, y ajena a la consumada vanidad de algunos insignificantes taifas.

Más ]]>crudités,]]> esta vez crea-

dores (obviamos algunas carreras meteóricas de artistas soufflé) que aunque son suficientemente conocidos en España y han participado en algunas bienales, precisan el aliño de algún marchante o galerista ajeno a devoterías, es el caso de Ángela de la Cruz, López-Cuenca, Antoni Abad o Txomin Badiola, por citar sólo unos pocos. La existencia de una nueva remesa de curadores que disfrutan con el trabajo de los artistas -porque ellos no son artistas/estrella-, como Txus Martínez o Montse Badía. Sin olvidar las nuevas galerías que están surgiendo, dirigidas por una nueva generación de profesionales -esperemos que pronto rompan el blindaje de los ya cansados timoneles de Arco, una feria que se asemeja a un rostro que decae, viejo, con muchos liftings-, como Nogueras & Blanchard y ProjecteSD, en Barcelona. Y nuevos espacios y museos que rompen con la hegemonía centralista de Madrid y Barcelona, hablamos del José Guerrero de Granada, el Marco de Vigo, el Espai d'Art Contemporani de Castellón, que emprende ahora una nueva etapa, y la sala Rekalde.

Hemos de añadir la voluntad divulgativa de editoriales como Actar, Akal y Gustavo Gili, empeñadas en la traducción de textos teóricos ya canónicos sin los cuales se hace muy difícil no sólo la formación de los estudiantes de Historia del Arte, sino también la comprensión de toda la creación artística nacida en la tardomodernidad. Y ya en el acto final, debemos hablar de la misión curatorial de dos mujeres que, aunque de diferente trayectoria y resultados, han sabido moverse en las aguas turbulentas de la alta política cultural internacional: María de Corral y Rosa Martínez, directoras de la próxima Bienal de Venecia, junto a Bartomeu Marí, como conductor de la obra de Antoni Muntadas en el pabellón español, darán alguna razón reveladora a los nuevos planes que surjan del Ministerio de Cultura.

Dicho con toda crudeza y

así, a vuela pluma, éstos son algunos de los mejores logros en medio de un panorama que a muchos les podría parecer precario. Es evidente que hemos avanzado mucho camino en veinte años, quizá porque el exterior -los rankings de cotizaciones internacionales- y el interior -las malas interpretaciones, ese material raw, presimbólico- no pueden distinguirse, aunque nos muestren indicios más visibles, sonidos más intensos que en ningún momento antes. La cruda realidad.

Antoni Abad, que realiza en Internet un proyecto titulado 'Canal Gitano'.
Antoni Abad, que realiza en Internet un proyecto titulado 'Canal Gitano'.HERMINIA SIRVET

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