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Alemania supera los cinco millones de parados, cifra récord desde la II Guerra Mundial

La tasa de desempleados del país se eleva al 12,1% de la población activa

El número de parados rebasó el pasado mes de enero en Alemania la cifra de cinco millones (5,037 millones), un 12,1% de la población activa. Estas cifras baten todas las marcas desde el final de la II Guerra Mundial. El Gobierno de centro-izquierda, la coalición entre socialdemócratas (SPD) y Los Verdes, supera de esta forma la cifra de 4,824 millones de parados que se alcanzaron bajo el Gobierno de Helmut Kohl (CDU) en enero de 1998. Mientras el Gobierno defiende sus reformas, la oposición le acusa de "fracaso absoluto en su política económica".

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El Gobierno federal atribuye la subida del paro en enero a causas estacionales, por la entrada del invierno, y al efecto estadístico por la puesta en marcha de las reformas del mercado laboral. Desde principios de año se equiparan las prestaciones a los parados de larga duración con los perceptores de ayuda social, que han pasado a figurar en la estadística de desempleo.

La oposición acusa al Gobierno de "fracaso absoluto en su política económica". Con relación a diciembre de 2004, el número de parados aumentó en 573.000, de los que 345.000 se deben a la estación invernal y 230.000 al efecto estadístico de la reforma laboral. La tasa de desempleo del 12,1% se reparte entre el 9,9% en el Oeste y el 20,5% en los Estados del Este (la antigua República Democrática Alemana).

Las cifras son dignas de Weimar, los tiempos de la república que precedieron al nazismo, pero no cabe la menor duda: Berlín no es Weimar. Los parados de hoy en Alemania cuentan con la todavía tupida red de protección social, a pesar de los recortes que ha puesto en marcha el Gobierno del SPD y Los Verdes. La fatídica cifra de cinco millones de parados no sorprendió a nadie porque se manejaba ya desde hacía varios días. No obstante, supuso como un toque de rebato y desencadenó un sinfín de conferencias de prensa. El Gobierno, para justificarse, y la oposición, para pasar la factura y sacar tajada.

Al superministro de Economía y Trabajo, el socialdemócrata Wolfgnag Clement (SPD), le tocó dar la cara. El canciller federal Gerhard Schröder (SPD) le ha cargado con la responsabilidad de llevar adelante la reforma laboral. Clement atribuyó a la estación y a la estadística que los parados en enero hayan alcanzado los 5,037 millones. "Esto corresponde a la situación real del mercado de trabajo con el habitual modelo de una pausa invernal que condiciona el crecimiento del paro", aseguró.

Además, influye en la escandalosa cifra la captación estadística del desempleo con la fusión de la ayuda social y los pagos a los parados. Según Clement, el nuevo sistema asegura "una mayor transparencia y claridad sobre la verdadera situación del mercado de trabajo".

El nuevo jefe de la comisión de sabios encargada de dictaminar sobre la marcha de la economía alemana, Bert Rürup, advirtió contra considerar "una catástrofe de la política del mercado laboral" haber alcanzado los cinco millones de parados. Rürup lo atribuye al efecto estadístico. En un debate en la cadena de televisión NTV, el ministro Clement (SPD) se enzarzó con el presidente del opositor partido liberal (FDP), Guido Westerwelle. A gritos, Westerwelle declaraba que Alemania bate ahora todas las marcas de paro, de quiebras de empresas y de endeudamiento. Con no menos volumen de voz, Clement replicaba: "Somos el país que más exporta del mundo". El ministro sostiene la necesidad de aplicar reformas y cree que los efectos beneficiosos sobre el mercado laboral empezarán a notarse en la segunda mitad del año. No obstante, Clement ha reconocido que las cifras actuales, aunque se aproximan más a la realidad, todavía no la registran por completo. La llamada reserva oculta de parados asciende en Alemania a 1,5 millones de personas, que no aparecen en las estadísticas de desempleo por encontrarse en los programas de formación profesional. Si éstos se sumasen a los parados oficiales, la cifra rebasaría los 6,5 millones.

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