Garralda descarta un pacto serbo-croata que elimine a España
En los esquemas de Juan Carlos Pastor, seleccionador español de balonmano, hay un hombre que va adquiriendo trascendencia a medida que avanzan los días: Mateo Garralda. Tiene 35 años, juega con dolores en la rodilla derecha, supera ya las 200 internacionalidades y desde los pasados Juegos de Atenas es el capitán indiscutible del equipo español. No es uno de los hombres de Pastor, porque ni fue formado por él como jugador, como muchos otros del equipo, ni se ha empapado de los planteamientos técnicos del entrenador del Valladolid. Sin embargo, Pastor ha encontrado en Garralda al brazo capaz de desatascar el ataque, cuando las ideas no están claras y no quedan ya otros recursos que la decisión personal.
En este sentido, Garralda es un hombre importante. Tiene experiencia y calidad. Con el paso de los años ha ido controlando aquella garra que le llevó en ocasiones a cometer errores que costaron derrotas. Garralda ha sido una pieza fundamental en la trayectoria de la selección de Pastor. No sólo tuvo una aportación notable en la victoria sobre Alemania, sino que el lunes pasado su brazo resultó fundamental para que España pueda ahora seguir aspirando a disputar las semifinales de este Mundial de Túnez. A un minuto del final, una parada prodigiosa de David Barrufet concedió la posibilidad de empatar el partido contra Serbia y Montenegro. Una derrota hubiera sido el final. Pero Mateo Garralda asumió la responsabilidad del momento y lanzó un disparo que dio el empate a 28 goles y devolvió la vida a España.
"Claro que fue un gol especial", reconoce el jugador navarro, lateral del Portland. "Tuve la sensación de que acababa de salvar un partido que teníamos perdido cuando a dos minutos del final íbamos dos goles abajo. Aquel lanzamiento nos dio un punto trascendental, porque volvió a abrirnos las puertas de las semifinales". Para que España acceda a la penúltima ronda debe esperar que no se produzca un empate entre Croacia y Serbia y ganar ineludiblemente hoy a Noruega (20.15, La 2). Un triple empate a puntos entre las selecciones balcánicas y España dejaría fuera a los de Pastor. Por tanto, se especula con la posibilidad de que haya un pacto entre ellas. "No van a pactar", asegura Garralda. "Croacia se juega demasiado, porque si empata con Serbia y Noruega nos gana se quedaría fuera de las semifinales. Y ese riesgo no van a correrlo. Además, son dos países que se odian".
Garralda cree, sin embargo, que ganar a Noruega no va a resultar fácil. "Es un equipo de claro corte nórdico, con una defensa muy sólida que presiona mucho al pivote y logra muchos blocajes y que en ataque tiene las ideas muy claras y una gran capacidad de lanzamiento exterior, potenciado por el buen trabajo del resto del equipo". Toda la selección sabe que el partido será crucial. "Lo será porque hemos ganado a Alemania y empatado con Serbia. El próximo siempre es el partido más importante. Y en este caso es cierto, porque nos estaremos jugando el paso a las semifinales. Creo que tenemos una buena oportunidad para ganar una medalla. Pero ahora, nuestro único objetivo es derrotar a Noruega".
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