"Caminamos siete kilómetros para votar"
En carros tirados por burros, apilados en autobuses, a pie, empujando sillas de ruedas, miles de habitantes de la ciudad santa chií de Nayaf acudieron ayer a votar desde primeras horas de la mañana. "Caminamos siete kilómetros para poder votar. Salí de casa a las siete de la mañana y acabo de llegar", decía a las ocho y media de la mañana Attiya Hammud, un chófer retirado ante su colegio electoral.
"Es una buena sensación experimentar la democracia por primera vez", afirmaba Isra Mohamed, una ama de casa vestida de negro de la cabeza a los pies como la mayoría de las mujeres en el sur de Irak.
La mayoría de los vecinos confesaron que habían votado por la lista de la coalición chií, la Alianza Unida Iraquí. "He venido porque la autoridad religiosa nos los dijo. No me importa si hay explosiones. El islam es lo primero", dijo Talba Nazzal Jabbar, interventora en una de las mesas electorales.
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