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Entrevista:CRISTINA NARBONA | Ministra de Medio Ambiente

"No veo cambio climático en el Gobierno"

Pregunta. España suspende en contaminación, ¿A qué le huele España?

Respuesta. A humo, a CO2, a incendios... Y a sudor. Al sudor del esfuerzo para salir de un contexto complicado.

P. ¿Hay que ducharla?

R. No vendría nada mal. Con la mínima agua necesaria.

P. Ya empieza a llevarse el agua a su molino.

R. Exactamente.

P. Solbes la ha dejado sin postre con los Presupuestos.

R. Ha habido demasiado gasto público insensato, por ejemplo en obra hidráulica, por parte del Gobierno anterior. Por tanto, no me preocupa reducir costes, sino hacerlo bien.

P. Y el Tribunal Constitucional da los parques naturales a las autonomías. ¿El mundo está en su contra?

R. No. El mundo está cambiando, y hay que saber ajustarse a lo que se nos permite.

P. ¿Percibe la posibilidad de algún cambio climático en el Gobierno?

R. [Ríe] No lo veo, sinceramente. No veo cambio climático.

P. ¿En el Consejo de Ministros hay mucha biodiversidad?

R. Sí. Somos cada uno muy específico en nuestro carácter. Y el que haya tantos hombres como mujeres añade encanto.

P. ¿Nos va a subir el agua?

R. El agua se nos va a subir a nosotros [ríe].

P. ¿Duerme poco porque tiene muchos fuegos que apagar?

R. Duermo bastante menos que cuando no era ministra, porque la cabeza sigue funcionándome por la noche.

P. ¿Es usted fogosa, incendios aparte?

R. Yo soy apasionada. Pero creo que también lo suficientemente capaz de templarme.

P. ¿Qué precio pagó por posar en Vogue con las pielecitas?

R. Alguna confusión y malentendido que no se corresponde con la imagen que, a lo largo de los años, he creado de defensa de los derechos de los animales. He promovido cambios en el Código Penal, por ejemplo.

P. Dicen que es bastante racial. ¿Navaja en la liga? ¿Peineta?

R. Bueno, ya he dicho que soy apasionada. Pero de navaja, nada. Frente a las armas, los argumentos. Y la peineta, me la he puesto cuando ha hecho falta, porque he vivido en Sevilla y he bailado sevillanas.

P. ¿Virtuosa en la pista?

R. Me encanta bailar. La salsa, por ejemplo. Debe de formar parte de lo racial. Cuando oigo la música, se me mete en el cuerpo.

P. Me han dicho que Borrell es un chollo: que en casa es el que lava y el que limpia.

R. Es bastante chollo, sí. Cocinar, me gusta cocinar a mí. Pero él es muy mañoso con las cosas de la casa. Y muy manitas.

P. ¿En la intimidad es marchoso y picarón, o más bien sosito?

R. Es extremadamente marchoso. Para mí [ríe], lo que necesito.

P. ¿Tienen amenas charlas sobre el trasvase del Ebro y la energía nuclear?

R. Son dos temas en los que no coincidimos, y de los que hablamos lo menos posible. En cambio, en el 99 por ciento de las cosas estamos muy de acuerdo.

P. De pequeña quería ser titiritera.

R. Y en cierta medida, lo soy desde hace tiempo. Me fascina la comunicación, conectar con los demás. Y tengo una curiosidad insaciable por el mundo y por la vida. Eso de los titiriteros que iban por el mundo, contaban historias y veían gente, me parecía fantástico.

P. Suelo preguntar a los ministros con qué miembro del Ejecutivo están en mayor sintonía.

R. Pues voy a repetir a Moratinos, porque María Teresa creo que está muy bien elegida como vicepresidenta.

P. ¿Si dicen otro nombre les tira de las orejas?

R. Simplemente, es que me sale espontáneo.

P. 1998: "No me gustaría ser ministra de Medio Ambiente". ¿Cuándo se comió sus palabras?

R. Pues se las repetí al presidente cuando me invitó a formar parte del Gobierno. Porque yo no soy en absoluto ambiciosa. Y he tenido ya mi "ración de gloria": llevo veintidós años en tareas de responsabilidad pública.

P. ¿Pero cómo le vinieron las ganas?

R. No me vinieron. Acepté por su insistencia, y porque es la primera vez en España que un presidente cree que reducir la contaminación y hacer un uso racional de los recursos está dentro de la agenda política.

P. "No hay mejor tratamiento para la piel que hacer el amor".

R. ¿Eso he dicho yo? ¡Qué indiscreción!

P. ¿Cómo tiene la piel?

R. Pues juzgue usted misma. Tengo 53 años, no la tengo mal [risas].

Cristina Narbona descansa de sus afanes de andarina en la Casa de Campo de Madrid el pasado martes.
Cristina Narbona descansa de sus afanes de andarina en la Casa de Campo de Madrid el pasado martes.CRISTÓBAL MANUEL

PERFIL

Con 53 años y un hijo, se dice ecologista y afirma que tiene fama de negociadora, y que disfruta de la tertulia con sus amigos, con la familia o "con Pepe, haciendo cualquiera de las muchas cosas que compartimos: el monte, ir al cine, la música, estar en casa". Le gustan las películas de amor, que se llora religiosamente. A veces sueña que vuela.

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