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Más avances en seguridad

Marcos Baeza

El grupo Ford, a través de sus marcas Volvo y Ford, está ultimando nuevas soluciones para mejorar la seguridad de los coches pequeños y los todoterrenos. La firma sueca ensaya un concepto de interior deslizable para coches compactos que, combinado con las zonas deformables de la carrocería, los airbags y los cinturones de seguridad, ayuda a reducir las lesiones que provocan las deceleraciones bruscas en los órganos internos de los pasajeros cuando se produce un choque frontal o se recibe un impacto por detrás. La marca norteamericana, por su parte, trabaja en un control antivuelco pensado para los 4×4, un tipo de vehículo que por su altura y concepción está más expuesto a sufrir estos accidentes.

Volvo podría estrenar su nueva solución de seguridad en el C30, su próximo coche compacto, previsto para 2006. Y Ford ya está dotando a los 4×4 fabricados en Estados Unidos con el control antivuelco, y a partir de 2006 lo incluirá también en los todoterrenos europeos del grupo, como los modelos de Land Rover.

VOLVO: INTERIOR DESLIZABLE

Un nuevo sistema que complementa las zonas de deformación de la carrocería, los airbags y los cinturones de seguridad. En caso de choque frontal, todo el interior (salpicadero, asientos, etcétera) se desplaza hacia delante hasta 20 centímetros para reducir las fuerzas internas que soportan los órganos de los ocupantes en una colisión. Unos amortiguadores especiales (en rojo en la imagen) adecuan el movimiento de la plataforma móvil sobre la que se sustenta el interior según la velocidad del impacto, el número de ocupantes y su peso. Este avance está pensado para coches pequeños, con zonas de deformación reducidas: según Volvo, cada centímetro de deslizamiento ofrece la misma protección que tener un frontal un centímetro más largo.

FORD: CONTROL ANTIVUELCO

La segunda generación del control antivuelco que estrenó el Volvo XC90 en 2003. Un sensor informa sobre la inclinación de la carrocería y, en colaboración con el control de estabilidad, ayuda a evitar el vuelco. Si el sistema detecta balanceos extremos en una curva, aplica un frenazo momentáneo en las ruedas exteriores al viraje. Así, logra desplazar el coche hacia el exterior, ampliando el radio de giro y reduciendo la inclinación de la carrocería. En una maniobra de esquiva a 80 km/h., con giros de volante de 180 grados, el coche se desplaza 50 centímetros hacia fuera. Para detectar y evitar los vuelcos, el sistema analiza ahora hasta 150 veces por segundo la situación dinámica del vehículo (velocidad, ángulo de giro, inclinación...).

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Sobre la firma

Marcos Baeza
Redactor de Motor, especializado en producto y tecnología. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS, desde 1998, ligado siempre al automóvil. Sigue la actualidad del sector, prueba los nuevos modelos que llegan al mercado y analiza las tendencias y tecnologías asociadas, como la nueva movilidad eléctrica.

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