José Cura afirma que su relación con el Liceo será larga

Se enfrentó con el público del Teatro Real de Madrid en 2000 y en 2001 enamoró al del Liceo de Barcelona sustituyendo en el último momento a José Carreras en una función de Sansón y Dalila. Mientras que el desencuentro del tenor de origen argentino José Cura (Rosario, 1962) con el Real prosigue -"sólo volveré con la ópera y el montaje adecuados", afirma-, su flechazo con el Liceo continúa viento en popa. "Si las cosas no se tuercen, auguro una larga relación con el público del Liceo durante los próximos 10 años", dijo ayer en un encuentro con la prensa para hablar de Il corsaro, de Verdi, que desde el lunes y hasta el 6 de febrero cantará en el Liceo.

El incidente que tuvo José Cura en diciembre de 2000, durante una función de Il trovatore, en el Real de Madrid persigue al tenor en todos sus encuentros con la prensa española. Incluso inconscientemente, él cita en distintas ocasiones el Real cuando quiere referirse al Liceo. Ayer afirmó en Barcelona que lo sucedido pertenece al pasado y que su relación con el actual director artístico del coliseo madrileño, Emilio Sagi, es buena, pero que no hay fecha para su regreso. "Me han ofrecido varias cosas, pero he dicho que no. Sé que mi regreso va a concentrar la atención no sólo del público, sino también de los medios de comunicación, y quiero evitar la polémica; por ese motivo debo ser cauteloso y elegir lo que considero que es correcto para mi regreso", aseguró Cura, para añadir que si ha rechazado las ofertas recibidas del Real es porque los montajes escénicos eran experimentales y podrían ser objeto de controversia en la que no quería verse involucrado.

Mientras, en el Liceo parece que habrá José Cura para rato. En la próxima temporada protagonizará Otello, de Verdi, y en 2007 abrirá la temporada cantando Andrea Chenier, de Giordano. "Son comprosimos acordados en 2001, y ahora con motivo de mi presencia en Barcelona negociaremos futuros títulos para cantar en el Liceo", explicó.

La menos representada de las óperas de Verdi, Il corsaro, llega por primera vez al Liceo 157 años después de su estreno en el Gran Teatro de Trieste. Es la primera vez que se programa en el coliseo lírico barcelonés, aunque no es la primera vez que la orquesta y coro del teatro la interpretan. La presentaron en 1986 en una versión escenificada firmada por el arquitecto Ricardo Bofill en el anfiteatro romano de Les Arènes de Nimes (Francia).

"Con la perspectiva que da el tiempo, podemos afirmar que Il corsaro no es una obra maestra de Verdi, pero sí es una ópera que muestra cómo se calienta para lo que después hizo. Hay pasaje que ora recuerdan La traviata, ora Otelo... Verdi experimentó cosas que años después desarrolló en otras óperas, y por ello es un título útil para los aficionados para conocer mucho mejor su obra", advierte el tenor, quien aseguró que si bien la versión de concierto, como se ofrecerán las tres audiciones previstas de la obra, no es la mejor manera de ofrecer una ópera al público, sí reconoció que en el caso de Il corsaro, y dado que algunas sus escenas son dramáticamente muy forzadas, puede funcionar perfectamente.

Músico polifacético como Plácido Domingo -"él es una leyenda, ya quisiera que mi carrera fuera sólo una tercera parte de la que Plácido ha hecho", reconoce-, Cura ha frenado la incorporación de nuevos papeles a su repertorio para dedicarse más a la dirección de orquesta, faceta suya inédita en España. "Nadie me ha invitado por ahora a dirigir aquí, sólo me quieren para cantar", afirma resignado. "Pero estoy decidido a dedicarme más a la dirección sin abandonar por ello mi carrera de tenor. En los próximos meses incorporaré a mi repertorio sinfónico la Sinfonía nº 4 de Brahms; el Te Deum de Kodály, el Stabat mater de Rossini y la Misa de gloria de Puccini. Además, en 2006 debutaré como director en la Ópera de Viena con Madame Butterfly", concluye.